El duelo por la pérdida de un ser querido es inevitable; lo que quizá sí puede reducirse es el golpe económico de asumir, desde cero, el costo monetario de funeral, entierro o cremación.
El duelo por la pérdida de un ser querido es inevitable; lo que quizá sí puede reducirse es el golpe económico de asumir, desde cero, el costo monetario de funeral, entierro o cremación.