Era un mesero de 21 años en Los Ángeles y los incesables comentarios sobre su parecido con el actor Christopher Reeve lo inspiraron a convertirse en una de las estrellas del Paseo de la Fama, ataviado con el traje del superhéroe. Acabó viviendo en las calles y finalmente fue hallado muerto, en un contenedor lleno de ropa desechada.