Hace varias generaciones, el cáncer entró a la casa de la los Fiatt. Amanda, de 24 años, ya lo venció, al igual que su papá, Rodrigo, y su abuela, Lisbeth. La suya es una historia de luchas compartidas, fe y resiliencia.
Hace varias generaciones, el cáncer entró a la casa de la los Fiatt. Amanda, de 24 años, ya lo venció, al igual que su papá, Rodrigo, y su abuela, Lisbeth. La suya es una historia de luchas compartidas, fe y resiliencia.