La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés), divulgó un registro actualizado de contagios por covid-19 a bordo de vuelos comerciales, el cual revela una escasa incidencia de transmisión del coronavirus en un vuelo.
De acuerdo con ese reporte y los análisis de cifras de vuelos entre enero y el cierre de setiembre, se registran 44 casos de covid-19 relacionados con viajes en avión. La cifras incluye enfermos confirmados y potenciales.
En el mismo lapso, IATA reporta que unos 1.200 millones de personas tomaron vuelos comerciales en el mundo.
La comparación de ambas cifras revela una incidencia de un contagio por cada 27 millones de pasajeros.
Según David Powell, asesor médico de IATA y a cargo del análisis, el riesgo parece “muy bajo”.
Powell indica que los datos pueden estar subestimados, pero advierte que incluso en un escenario con 90% de contagios sin notificarse, la cifra igualmente seguiría bastante baja: un contagio por cada 2,7 millones de viajeros.
En ambos escenarios, agrega el reporte, las cifras son “extremadamente tranquilizadoras”, pues la mayoría de los 44 casos notificados sobrevinieron antes de que las aerolíneas impusieran el uso de mascarilla a bordo.
IATA también reveló que los mayores fabricantes de aviones del mundo (Airbus, Boeing y Embraer) remitieron a esa Asociación una publicación conjunta de resultados de investigaciones propias basadas en un análisis llamado Dinámica de Fluidos Computacional (CFD, por sus siglas en inglés).
La CFD es el área de conocimiento vinculada a la simulación numérica de flujos, fluidos, transferencia de calor y fenómenos relacionados, tales como reacciones químicas, combustión y aeroacústica. En este caso, se aplicó a la circulación del aire dentro de aviones en vuelo.
El análisis de cada fabricante pretende explicar el porqué de las cifras tan bajas de contagio.
Si bien la metodología difiere ligeramente entre cada empresa, la simulación de cada una confirma que los sistemas de ventilación de los aviones controlan el movimiento de partículas en la cabina y esto limita la propagación de cualquier virus.
La investigación de cada uno por separado arrojó dos resultados similares:
- Los sistemas de ventilación de los aviones, los filtros de alta eficiencia (HEPA, por sus siglas en inglés), el respaldo del asiento como barrera natural, la circulación del aire de arriba abajo y la elevada tasa de renovación del aire reducen el riesgo de transmisión de enfermedades a bordo, en un escenario sin pandemia.
- El uso obligatorio de mascarilla añade un nivel adicional y significativo de protección, por lo cual, a pesar del factor de proximidad entre las personas en cabina, el peligro de contagio es menor con respecto a otros espacios interiores.
El reporte de IATA también cita resultados de una investigación realizada por los especialistas en enfermedades infecciosas David Freedman y Annelies Wilder-Smith, publicada el 25 de setiembre anterior en el Journal of Travel Medicine.
El análisis de Freedman y Wilder-Smith evidencia la efectividad del uso de mascarilla para reducir el riesgo aún más.
Sin embargo, el propio Freedman declinó participar en la presentación conjunta de IATA a inicios de mes y que se cita su trabajo al advertir que, si bien celebra los hallazgos de la industria por considerarlos “alentadores”, no es posible ser contundente en afirmar que es poco probable contraer covid-19 en aviones con la información disponible.
Citado por la agencia de noticias Reuters, Freedman centró su desacuerdo en el cálculo de riesgo de la IATA debido a que ese recuento conocido (solo 44 casos) no incluye una cifra desconocida real de infecciones de casos no reportados, pues no fue posible hacer revisiones a la gran mayoría de los millones de viajeros entre enero y finales de setiembre.
Aun así, según IATA y el propio Freedman, la información sí es alentadora y la perspectiva mejora por el uso de mascarillas a bordo.
Investigación de fabricantes
Hasta este mes, la combinación de factores de diseño en los aviones para mitigar contagios solo se conocía de forma teórica, pero recientemente se han hecho pruebas que, según los fabricantes, sugieren poco riesgo de contagio.
“Aunque no podemos establecer una cifra exacta de los casos de contagio asociados a un vuelo, los datos de IATA provenientes de aerolíneas y autoridades sanitarias, en combinación con una revisión exhaustiva de la literatura disponible, no indican que la transmisión a bordo sea algo común o generalizado”, indicó la Asociación en su estudio.
Según IATA, las simulaciones de los tres grandes fabricantes de aviones del mundo en las cabinas de sus aeronaves añaden la evidencia específica. A continuación se detallan los aspectos más destacados de la investigación de cada uno:
Airbus
Airbus simuló con precisión las condiciones del aire en la cabina de un avión modelo A320 para estudiar la propagación de las gotas expulsadas al toser. En su simulación, se calcularon parámetros como la velocidad del aire, la dirección y la temperatura en 50 millones de puntos en cabina y hasta 1.000 veces por segundo.
Posteriormente, Airbus utilizó las mismas herramientas para simular un entorno distinto al de la cabina de un avión, en el que varios individuos mantenían una distancia de 1,8 metros.
El resultado, afirman, mostró una menor exposición al contagio de los individuos sentados uno al lado del otro dentro de un avión, que de pie a una distancia de 1,8 metros en un ambiente como de oficina, sala de clases o frutería.
"Después de llevar a cabo múltiples simulaciones en las que se ha tenido en cuenta hasta el último detalle y en las que se han aplicado los métodos científicos más rigurosos, los datos concluyen que la cabina de un avión ofrece un ambiente mucho más seguro que cualquier espacio interior público”, indicó Bruno Fargeon, ingeniero de Airbus y responsable de la iniciativa Mantener la Confianza en los Viajes Aéreos (Keep Trust in Air Travel en inglés) de Airbus.
Boeing
En su simulación, los investigadores de Boeing rastrearon el movimiento de las partículas en la cabina al toser y al respirar.
Se estudiaron diferentes escenarios: el pasajero que tose con y sin mascarilla; el pasajero que tose en diferentes ubicaciones, incluido el asiento central; y las posibles variaciones de la salida de aire frío individual (denominada Gasper), encendido y apagado.
"Las simulaciones midieron el número de partículas expulsadas al toser que invadieron el espacio de aire del resto de pasajeros”, explicó Dan Freeman, ingeniero jefe de la iniciativa de Boeing llamada Viaje Seguro (Confident Travel en inglés).
"Luego comparamos un escenario similar en ambientes como una sala de reuniones. Según el recuento de partículas en el aire, sentarse una persona junto a otra en un avión, equivale a estar a más de dos metros de distancia dentro de un edificio típico”.
Embraer
Con modelos de flujo de aire en cabina y aerosoles validados en una cabina de pruebas a escala real, Embraer analizó el ambiente de un pasajero sentado en diferentes asientos y distintas condiciones de flujo de aire en sus diversos modelos de avión.
La investigación, asegura, concluye que el riesgo a bordo es extremadamente bajo.
Luis Carlos Affonso, vicepresidente sénior de Ingeniería, Tecnología y Estrategia de Embraer declaró: “Deseamos lanzar un mensaje de que la tecnología y los procedimientos establecidos nos permiten volar seguros, como muestra nuestra investigación”.