Desde este miércoles 2 de marzo y hasta el domingo 10 de abril, grupos provida realizarán vigilias de oración frente a seis hospitales como parte de la campaña ‘40 días por la vida’, que se realiza en Costa Rica dos veces al año, desde el 2018.
Este 2022, los voluntarios del movimiento –mayoría son católicos pero también hay de otros grupos religiosos– acudirán frente a los hospitales San Juan de Dios, en San José; San Rafael, en Alajuela; San Vicente de Paúl, en Heredia; San Francisco de Asís, en Grecia; Fernando Escalante Pradilla, en Pérez Zeledón; y el Enrique Baltodano Briceño, en Liberia, Guanacaste, informó Elsa Naranjo Carvajal, coordinadora de la campaña.
Estarán en oración de 6 a. m. a 6 p. m., todos los días, desde el miércoles de ceniza hasta el Domingo de Ramos. El movimiento, explicó Naranjo, es pacífico. Cada voluntario, dijo, tiene que firmar una declaración de paz, en la que se compromete a respetar a los transeúntes, la propiedad privada y pública, a respetar a las autoridades y a no actuar de forma violenta ante cualquier situación que se dé.
“Nos comprometemos a orar en la vía pública exclusivamente. Esto es una batalla espiritual. Por eso, nos agarramos y confiamos en las armas que Dios nos da que es el ayuno y la oración”, aclaró Naranjo, quien dijo que se cumplirán todos los protocolos sanitarios, como uso de mascarilla.
“Salimos a la calle a anunciar el evangelio de la vida, que es un don de Dios y es sagrado. Este es un movimiento mundial, que se inició en Estados Unidos en el 2004. En países donde el aborto es legal, la vigilia se hace frente a centros de aborto. Aquí la hemos hecho en parques, en una calle transitada, en una avenida”, explicó.
Para esta ocasión, 64 países, incluido Costa Rica, se unirán en esa cadena simultáneamente, informó Naranjo. Ella, junto a su esposo, Kenneth Jiménez Hidalgo, coordinan la campaña aquí.
En Costa Rica, estas vigilias se comenzaron a hacer en el bulevar de la Asamblea Legislativa, en San José. Luego pasaron al Parque Central, y desde el 2020 se hace cadena de oración frente a los hospitales.
Según Naranjo, desde que las vigilias se realizan aquí han logrado que tres mujeres cambiaran su decisión de abortar. El grupo les dio acompañamiento y guía y les buscó soporte, contó. En el mundo, dijo, se han evitado 20.700 abortos.
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En Costa Rica, el aborto es ilegal pues se le considera entre los delitos de homicidio y lesiones gravísimas; se castiga con penas de cárcel, según el Código Penal.
Desde el 10 de diciembre de 2019, rige la norma técnica emitida por el Ministerio de Salud para regular las interrupciones de embarazo en Costa Rica con el fin de proteger la salud y la vida de la madre cuando corre peligro, conocido como aborto terapéutico.
La interrupción del embarazo bajo esas condiciones debe pasar por un proceso de revisión que incluye el criterio colegiado de médicos especialistas en Ginecoobstetricia, y la firma de un consentimiento informado de la mujer.
La norma se basa en lo que dice el artículo 121 del Código Penal, que, desde 1970, establece la figura del aborto impune: “No es punible el aborto practicado con consentimiento de la mujer por un médico o por una obstétrica autorizada, cuando no hubiere sido posible la intervención del primero, si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y este no ha podido ser evitado por otros medios”.