Los avances que Costa Rica pudo hacer hecho en el pasado en materia de salud resultan insuficientes para atender su nueva realidad. Para lograrlo, tiene entre sus pendientes alcanzar el 6% del producto interno bruto (PIB) para esta materia, como se aconseja internacionalmente. Hoy, ese porcentaje llega al 5,3%.
El recordario lo hace Ana Rita González, exasesora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de su brazo regional, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y actual CEO de Policy Wisdom, empresa de consultoría en políticas de salud pública fundada en 2010,
La siguiente es una entrevista que la especialista puertorriqueña concedió a La Nación, en Ciudad de Panamá, el jueves 5 de octubre. Ana Rita González fue una de las expositoras en un seminario sobre Oncología, dirigido a periodistas y organizado por Pfizer.
− ¿Qué debemos entender por política pública en salud?
− Una política pública es una instrucción, una decisión, un marco de referencia que da el Gobierno para comportarse en el área de salud. Es pública porque la hace el Gobierno. Es política porque es una directriz que define el actuar del Gobierno. Al ser el Gobierno el ente máximo del país aplica no solo al sector público sino al privado.
− Pero tiene que ser en un marco técnico, ¿cierto?
− Claro. No es politiquería. No es el acto de ser político o hacer política. En inglés son dos palabras diferentes: politics y policy. Es policy. La política pública es ese marco que todo país necesita para poder actuar. Un ejemplo: tenemos políticas que dicen que debemos usar el cinturón de seguridad para evitar que en un accidente suframos impacto en nuestra salud y vida. Son acciones que hacen que el Gobierno le da a la sociedad y a sí mismo para actuar, para tener como prioridad la salud y la seguridad de los ciudadanos.
− ¿Por qué son importantes las políticas públicas en salud?
− Cuando hablamos de salud hay muchas decisiones que las personas no podemos tomar. Yo no puedo decir qué medicamento me tengo que tomar, cuáles rayos X me tienen que hacer o qué vacuna me tengo que poner. Hay expertos dentro del sistema de salud que definen eso para mí.
“Por ejemplo, hay un calendario nacional de inmunización que dice a qué edad tienes que ponerte qué vacunas. Hay guías clínicas que dicen cómo tiene que ser tratado un paciente con cáncer de pulmón. Esas son políticas públicas de salud: aquellas directrices que informan a la ciudadanía y que le dan contexto a las decisiones de proveedores de servicios de salud, expertos y de los ministerios sobre cómo actuar en beneficio de la salud de la población”.
− ¿Cómo han evolucionado las políticas públicas de salud y hacia cuáles escenarios deben avanzar?
− La gran política que nos revolucionó fue aquella que dijo que la salud es un derecho humano. Costa Rica tiene un gran historial en el que la salud es necesaria y se da a todos los ciudadanos. Tenemos al Ministerio de Salud haciendo promoción y prevención, a la Caja (Costarricense de Seguro Social) dando servicios de salud, y a un sector privado que trabaja bajo las políticas de salud y en paralelo al sector público.
“Hemos progresado pero, ¿hacia dónde tiene que ir? Tenemos que hacer políticas que garanticen que todas las personas, sin distinción por color, edad, género o creencias políticas y religiosas, tengamos acceso oportuno a los servicios de salud. ¿Qué es un acceso oportuno? A tiempo, rápido, cuando puede tener más impacto sobre nuestra salud y que sea sostenible y de calidad.
“Lo anterior significa que si para mi tipo de cáncer hay un medicamento innovador más efectivo que la quimio y la radioterapia, yo tenga acceso. Que si para darme ese medicamento yo necesito pruebas que definan que es apropiado para mí, que yo tenga acceso. Que exista la telemedicina para que un paciente pueda ver a su oncólogo desde su pueblito chiquitito, y que haya un registro que el médico pueda ver, y que ese paciente tenga derecho a la misma calidad de cuidados médicos que tiene una persona residente en San José o Rohrmoser”.
− ¿Cómo puede alcanzar eso un país como Costa Rica?
− Uno de los legados más grandes que puede dejar un Gobierno o un presidente a un país es la salud de sus ciudadanos. Con la covid-19 vimos lo que significa no tener salud. Aunque reconozco que Costa Rica no es el peor país en la región, todavía no tiene el porcentaje del PIB dedicado a la salud que debería tener.
“Esa asignación presupuestaria va a permitir equidad. Esto quiere decir mejores tratamientos, mejor prevención y diagnósticos a tiempo. El cómo radica en mejorar esos presupuestos de salud, priorizar la salud en los gobiernos, y asegurar que le damos un espacio a la innovación.
“Hoy en día no podemos hablar de salud si ignoramos la innovación, que es esencial para saber que hay tecnología digital para transformar el acceso a los servicios; que hay nuevas pruebas diagnósticas y medicina de precisión con tratamientos innovadores”.
− ¿Y cómo se logra?
− Asegurándonos que tenemos el presupuesto, las guías clínicas y modernizando la infraestructura de salud para permitir que todos tengamos acceso a los mejores servicios.
Nuevos escenarios y retos
− La innovación implica nuevos sistemas de administración, de compra y gestión de servicios. ¿Qué sugiere en esa vía para un país como Costa Rica?
− Existe mucha literatura que explica cuáles son mecanismos innovadores de financiamiento. Nuestros gobiernos tienen que absorberlo y entender que eso causa un mejor uso de los recursos disponibles en el país. Rinde más lo que tienes si compartes el riesgo, si compras con volumen, si compras basado en la situación del paciente... Todos estos mecanismos innovadores deben ser absorbidos por los gobiernos, que deben negociar usando estos mecanismos innovadores.
“Es posible que a veces tengan miedo porque no conocen los mecanismos innovadores y no han hecho todas las preguntas. Entonces, dediquémosle tiempo, pongamos a los ministerios de salud, de finanzas, a los legisladores y al ejecutivo a entender estas estrategias y que no pase tanto tiempo, porque cuando el tiempo pasa quienes pierden son los pacientes y, por supuesto, los políticos que no hacen todo el bien que está en sus manos hacer”.
− Ecosistema de salud, ¿cómo se deben interrelacionar todos los miembros de ese sistema, en lo público y lo privado?
− Siempre miro el sistema de salud como la suma de todos los servicios que hay: privados, públicos o mezclados público y privado. Lo importante es que cada cual atienda con eficiencia, rapidez y calidad porque buscamos equidad, o que todos tengamos acceso a lo que necesitamos y beneficia.
“Hoy en día, el ecosistema de salud también incluye al ministerio de Ciencia y Tecnología, la innovación y todo lo relacionado con la interoperabilidad de sistemas; implica trabajar con jóvenes empresarios y grupos de pacientes o sociedades médicas. Es permitir que todos colaboremos aportando lo que tenemos para dar a la salud de la población”.
− La pandemia mostró que la salud permea todo. Pero parece que se nos olvidó su importancia no solo para el sistema sanitario, sino para la economía. Refrésquenos esa memoria.
− ¿Por qué la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas promovieron la salud como un derecho? Porque no hay duda: sin salud no hay economía que funcione, no hay calidad de vida o disfrute. La salud está en el centro de todo y basta que no la tengas, aunque sea una alergia, todo te cambia.
“Pero tenemos amnesia. En el momento en que es un problema le metemos muchas ganas, como sucedió con la covid, pero después nos olvidamos como si ya no hubiera que seguir trabajando por la salud. Hay que seguir recordando a diario a la sociedad, a los dirigentes, al Gobierno y a los actores sociales de ese ecosistema, lo importante que es mantener los temas de salud sobre la mirilla pública. No dormirnos en la paja y sentirnos conformes.
“Hay que actuar constantemente para mejorar los sistemas de salud, aumentar la equidad y para que todos entiendan que tienen una contribución que hacer. Es más importante trabajar la salud y la educación que las guerras. Costa Rica es un país que logró muchas cosas en salud pero no se puede quedar ahora atrás. Celebremos lo que hicimos pero veamos cuáles son los próximos pasos para mejorar las condiciones de salud de la población”.
− ¿Qué deben tomar en cuenta los tomadores de decisiones?
− En salud tenemos toda la información técnica que sirve de evidencia para que tomemos buenas decisiones. No es bueno inventar cosas y decir ‘tal intervención es mala, o esto no se necesita’, porque confundimos a las personas. Dejar la politiquería en política pública en salud significa tomar decisiones basadas en evidencia, que van a ser más útiles políticamente que si inventamos cosas que realmente no tienen un impacto positivo para la sociedad.
− Hace poco, la Gerencia Médica de la CCSS reconoció al sector privado como aliado estratégico. Por ejemplo, habló de copago. Usted que conoce nuestro sistema de salud, ¿qué le parece?
− Me fascina. Pero veo también a la OMS y a la OPS mucho más abiertas a trabajar con el sector privado. La colaboración puede ser transparente, no tiene que haber conflictos de interés ni ayudas para nadie. Si uno siempre tiene la ética y al paciente como el centro de atención, el que la Caja haya dicho eso es algo de lo mejor que pudo haber hecho. No importa donde estemos parados, lo que queremos es la salud de la población.
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