Tal vez fue la sensación de seguridad en Costa Rica o la posición del país, en aparencia neutral, sobre el último episodio del conflicto armado en Oriente Medio.
O tal vez fue el agravamiento de la violencia en la jornada de ayer.
Algo hizo que el máximo jefe de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, elevara en su visita a Costa Rica el tono de su discurso contra la matanza en la franja de Gaza, por el enfrentamiento entre el Ejército de Israel y las milicias palestinas de Hamás.
“Injustificable” e “inaceptable” fueron los adjetivos que usó, luego de conocer el ataque israelí a una escuela, donde la ONU protegía a población civil palestina.
Ahora se cuentan más de 1.300 muertos, la inmensa mayoría de ellos pobladores civiles palestinos de Gaza, con miles de lesionados y también desplazados.
El secretario general de la ONU llamó a una tregua urgente con fines humanitarios, sin condiciones y dirigida al retorno de las negociaciones entre las partes en conflicto, el que calificó como una “tragedia” y una matanza “horrible”.
Dio sus palabras en medio de una agenda más bien protocolaria, que incluyó los temas de derechos de los pueblos indígenas y la contención del cambio climático.
Para ello, se permitió recorrer unos 150 metros en bicicleta para llegar a la Cancillería, con chaleco anaranjado y casco; todo dispuesto para las fotografías. Era una invocación al uso de medios de transporte no contaminantes.
Su jornada, sin embargo, parecía tomada por el conflicto en Oriente Medio; en al menos tres ocasiones habló de él.
La primera vez fue al llegar al aeropuerto Juan Santamaría procedente de Nicaragua. Aunque en principio no iba a hablar en ese momento, ahí dijo que aprovechaba para hacer un llamado por la paz desde Costa Rica, el país que es “símbolo” de ella.
Después volvió sobre el tema en su conferencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, acompañado del presidente Luis Guillermo Solís, quien también agravó sus palabras sobre el conflicto y no descarta hacer un retiro temporal del embajador costarricense en Israel, como protesta.
Ban retomó el tema en una conferencia de prensa en la Cancillería, antes de que nadie se lo consultara. Se refirió al ataque militar israelí contra una escuela en el norte de Gaza, donde Naciones Unidas intentaba proteger a población civil. Hubo 16 muertos.
Agregó que personal de Naciones Unidas informó varias veces acerca de la ubicación de ese centro. “Condeno este ataque en los términos más fuertes que se puedan. Nada, nada, justifica este horror”, expresó.
Después, los periodistas le preguntaron sobre posibles sanciones de Naciones Unidas y el secretario general respondió que depende de otras instancias de la ONU, incluido el Consejo de Derechos Humanos, que la semana pasada acordó crear una comisión que determine responsabilidades de la tragedia.
Pero su discurso era duro. Habló de “serias violaciones al derecho internacional”. “Los perpetradores de esas violaciones deben ser llamados a cuentas”, expresó.
Frente a la Cancillería, Ban se dejó rodear por un centenar de activistas pro-Palestina, mientras entregaba la bicicleta en la que posó para la prensa.
“Me llegó al corazón”, dijo Ban sobre la manifestación, aunque algunos de ellos le reclamaban por estar aquí en Costa Rica y no cerca de la zona de conflicto.