La aerolínea Nature Air responsabilizó a la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) por las dificultades que enfrenta para refinanciar sus operaciones y atraer nuevos inversionistas.
La compañía estima que la imposibilidad de retomar sus vuelos le ha provocado pérdidas económicas por hasta $1,6 millones en este 2018. Así como el despido de la mayoría de su planilla, qué pasó de 105 a 12 trabajadores en la actualidad.
Así lo dio a conocer el CEO de la firma, Alex Khajavi, quien criticó la forma en la que la DGAC ha manejado el proceso contra la empresa desde el accidente del pasado 31 de diciembre, en el que murieron 12 personas en Corozalito de Nandayure, Guanacaste.
Aviación Civil anunció este miércoles la suspensión, de manera indefinida, de las operaciones de la aerolínea de bajo costo. Las autoridades nacionales fundamentaron la decisión en que la empresa no ha retomado sus actividades, pese a que desde febrero se levantó la medida cautelar, dictada tras el siniestro.
Khajavi aseguró que las medidas adoptadas por la DGAC en los últimos meses provocaron la cancelación de 600 vuelos en enero y la afectación a 10.000 pasajeros que ya habían pagado por su respectivo viaje; a esto se suman otros 15.000 clientes que también desembolsaron dinero para vuelos futuros.
"Fuimos incapaces de asegurar los seguros de las aeronaves a un costo razonable y perdimos los acuerdos de contratos de aeronaves que ya habíamos asegurado, todo esto ocasionado por el estado inactivo de no poder operar los vuelos debido a la suspensión", alegó el jerarca.
"Para finales de febrero de 2018, Nature Air se vio obligado a terminar el contrato de 85 empleados de tiempo completo, la mayoría de ellos con alrededor de 7 años de haber estado laborando para la compañía", añadió.
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El presidente de la aerolínea reconoció que aún mantienen deudas con algunos pasajeros, quienes no han recibido de vuelta su dinero; sin embargo, garantizó estar haciendo los esfuerzos necesarios con los bancos para refinanciar estos montos.
Pese a la crisis económica, Nature Air sostiene que no está en quiebra y que espera obtener flujos de caja para poder reactivar sus servicios.
Khajavi también denunció que, con la empresa fuera del mercado, se ha creado un "monopolio dañino", al dejar a SANSA como el único actor, provocando una subida en los precios y "la desaparición de los tiquetes de bajo costo a los nacionales".
"Ninguna de las aerolíneas que esperan entrar en el mercado tienen la penetración que Nature Air tenía para oponerse a este monopolio en el mercado costarricense", indicó.
Nature Air denuncia falta de voluntad de la DGAC
El presidente Nature Air también alega que han recibido únicamente negativas por parte de la DGAC y las autoridades de turismo del país, lo que consideran es una "falta de respeto a una importante entidad de servicio público".
"Desde el 11 de enero Nature Air no ha sido capaz de reunirse con el director de Aviación Civil, ni tampoco ha sido capaz de tener una cita con el ministro de turismo, inclusive después de repetidas solicitudes", dijo.
Esta versión fue rechazada por el director de Aviación Civil, Ennio Cubillo, quien defendió el accionar de su dependencia.
"En honor a la verdad, debería indicar las veces en las que los hemos recibido en las oficinas de Aviación Civil, en las que le hemos ayudado a solventar algunos temas que desde a finales de 2017 venían arrastrando, les pusimos plazos, les ampliamos plazos y ahí estuvimos diligentemente".
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Cubillo también hizo referencia a la situación de morosidad en la que se encuentra la aerolínea aérea, lo que la imposibilita para realizar trámites ante instituciones públicas.
"Según el artículo 74, de la Ley Constitutiva de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), nos demanda a nosotros verificar al patrono sobre la morosidad con la Caja y aquellas otras instituciones que le depositan".
"Eso, efectivamente, (morosidad) es uno de los puntos causales, además del abandono de las rutas, por los cuales al día de hoy hay un órgano director que verificará la verdad real de los hechos", puntualizó.
Según la consulta en línea de morosidad patronal de la CCSS, Nature Air Sociedad Anónima mantenía hasta este jueves, una deuda por ¢31.558.271 y se encuentra en situación de cobro administrativo.
Futuro de Nature Air aún está en el aire
De momento, el futuro de Nature Air aun depende de un proceso administrativo que ya está marcha, por parte de la DGAC.
"Existe un procedimiento administrativo, un órgano director definido por el Consejo Técnico de Aviación Civil, que dará la verdad real de lo que los departamentos técnicos, en su plan de vigilancia, han determinado han sido los incumplimientos, es ahí donde a ellos (la empresa) se les dará la audiencia correspondiente para que hagan los alegatos de descargo", explicó Cubillo.
Mientras tanto, la empresa asegura que está buscando nuevos inversionistas y trabajando con los bancos para refinanciar sus deudas y procurar nuevos préstamos para reanudar el servicio y recontratar a sus empleados.
No obstante, reconocen que esta labor se dificulta ya que al no contar con los permisos necesarios para operar, se vuelven una opción menos atractiva para poder recaudar los fondos necesarios.
"Esta compañía innovadora ha librado muchas batallas y este no es el momento para darnos por vencidos, vamos a continuar luchando, si no es por Nature Air, será por mejores y más seguras condiciones de vuelo en aeropuertos de Costa Rica", adelantó el CEO.
Causas del accidente aun están por definirse
Otro tema pendiente de resolver son las causas que provocaron que el avión Cessna 208B Grand Caravan se desplomara al mediodía del 31 de diciembre, poco después de despegar de la pista de Punta Islita, en Corozalito de Nandayure.
Allí murieron los dos pilotos costarricenses y 10 turistas estadounidenses, entre ellos, dos familias.
La empresa asegura que los lamentables hechos fueron producto un accidente de fuerza mayor y que habían tomado todas las previsiones posibles para evitar una tragedia.
"Por política interna de Nature Air, previamente había tomado la decisión de reducir de 12 a 10 el número de pasajeros en los aeropuertos de Punta Islita y Nosara".
"Aun cuando tomamos precauciones extremas, aterrizando en otro aeropuerto, y esperando mejores reportes del tiempo; los fuertes e intermitentes vientos, la aproximación y los obstáculos del aeropuerto, contribuyeron con el accidente", manifestó el presidente de la aerolínea.
Las pesquisas de la DGAC están a cargo de la Unidad de Investigación de Incidentes y Accidentes. Los detalles del avance en el proceso aun se desconocen, pese a consultas de La Nación.
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La Unidad de Investigación es un órgano independiente de la Dirección de Aviación Civil, que tiene a su cargo la elaboración del informe final sobre las posibles causas del desplome de la nave.
Ese documento debe ser presentado al Consejo Técnico de Aviación Civil, y será hasta entonces cuando se conozcan sus conclusiones.
No obstante, según Ennio Cubillo, el proceso ha sido lento debido a que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) secuestró documentos relacionados con la compañía, lo que produjo un ”impasse” de varios meses.
La diligencia formaba parte de la investigación judicial sobre el siniestro y se realizó ocho días después del hecho, cuando los agentes se llevaron documentos de las oficinas de la empresa en los aeropuertos Juan Santamaría y Tobías Bolaños, así como de las instalaciones de Aviación Civil, en La Uruca.
La información regresó a las manos de la DGAC hace poco más de un mes.