EscucharEn la Escuela Juan Flores Umaña, en Ipís de Goicoechea, las cajas de leche, arroz, frijoles, atún y pasta que la Junta de Educación compró para entregar en paquetes a los alumnos de bajos recursos, en el primer año de la pandemia, nunca llegaron a ellos.
En su lugar, la directora de la institución de ese entonces, de apellido Montenegro, los dejó perder debido a un conflicto con la Junta de Educación, según pudo constatar la Auditoría Interna del MEP en el informe 24-2022 dado a conocer recientemente. Esta directora se pensionó en febrero del 2021.
Estos alimentos, valorados en ¢630.000, fueron almacenados por la Administración, en abril del 2020, en el salón del comedor escolar, el cual estaba cerrado por la pandemia. Cuando la Auditoría interna del MEP llegó, en agosto de ese año, pudo observar la comida almacenada en el suelo, en bultos y cajas, y las bolsas de frijoles rotas comidas por ratones.
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En 2020 y 2021 los centros educativos repartieron paquetes de alimentos a los alumnos debido a que los centros educativos se encontraban cerrados por la pandemia. (Jeffrey Zamora)
Las cajas de leche estaban apiladas por encima de la capacidad permitida y estaban arrugadas. Otros alimentos simplemente habían sido sustraídos.
“Fue evidente la incorrecta gestión administrativa de los alimentos destinados para los paquetes alimenticios dirigidos a estudiantes, que fue causada por el abuso de autoridad de la dirección y la ausencia de coordinación entre la Junta de Educación y ella, lo que devino en la pérdida y deterioro de alimentos que se tuvieron que desechar”, explicó la Auditoría.
Era más comida la que estaba allí desperdiciándose, un total de ¢6,9 millones en alimentos, pero la Auditoría emitió una advertencia para revisar cuáles estaban en buen y mal estado, lo que frenó que se perdiera toda la comida y al final se estropearon ¢630.000.
¿Por qué esos alimentos estaban allí y no se repartieron a los alumnos?
Según reportó la Auditoría, el proveedor de abarrotes del Consejo Nacional de Producción (CNP) le dijo a la Junta de Educación que no iba a poder abastecerlos, entonces la Junta compró a otro proveedor, los ¢6,9 millones en alimentos. Sin embargo, a pesar de que la junta ya había comprado la mercadería, la exdirectora Montenegro realizó el mismo pedido al CNP.
“No consta que la directora informara a la Junta lo citado, así que lo anterior comprometió el presupuesto de alimentos. Así las cosas, la directora toma la decisión arbitraria de no entregar los alimentos comprados por la Junta de Educación a los estudiantes”, explicó la Auditoría.
En la investigación se indica que la Junta no pudo recoger los alimentos porque la exdirectora lo prohibió, no les permitió el ingreso, sin razón alguna.
“Se pudo confirmar que en el comedor de la escuela se encontraban los alimentos comprados por la Junta para atender la emergencia nacional por covid-19. El comedor estaba cerrado con candado y las llaves las tenía en su poder la directora de la escuela (de ese entonces)”, dijo la Auditoría.
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Instrumentos musicales perdidos
La escuela tenía un inventario de instrumentos musicales pero la Auditoría no pudo ubicar 19 tambores ni 22 timbales.
“Solo un bombo se ve en el desorden de las bodegas. No se ubicaron las 13 liras, ni los cuatro juegos de platillos, tampoco el tambor conga, las tres bases de tambor y las dos bases con ruedas. No se localizaron los nueve colchones de vinil”, se lee en la investigación.
La Auditoría tampoco pudo encontrar un proyector video beam, una pantalla inteligente, ni la grabadora.
“Es necesario mencionar que en el acta 553 del mes de abril 2019 se menciona que se perdió un video beam de la biblioteca, pero no hay mayor registro en la dirección que indique el motivo que pudo haber provocado dicha pérdida, tampoco existe constancia de denuncia ante el Ministerio Público”, señaló la Auditoría.
Conflicto de intereses
Según la investigación, el contador de la Junta de la Escuela Juan Flores Umaña, de apellido Fernández, es padre del encargado de Juntas de la Dirección Regional de San José Norte, Juan Carlos Fernández. También ha logrado contratos con siete escuelas y colegios de San José, cuatro de ellas pertenecen a la Dirección Regional San José Norte.
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La Nación publicó días atrás, por ejemplo, que audios enviados por Juan Carlos Fernández Núñez, a la presidenta de la Junta de Educación de la Escuela Miguel Obregón Lizano, en Tibás, revelan aparentes presiones para que también nombrara a su papá en ese centro educativo como contador y tesorero.
El hecho fue denunciado por Walter Jiménez Solís, asesor legal de la Junta de Educación de la Escuela Miguel Obregón.
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