Teherán. Este miércoles se registró en el sur de Irán un atentado que resultó en al menos 84 personas fallecidas, marcando el incidente como el más mortífero en más de cuatro décadas en el país. El grupo Estado Islámico (EI) reivindicó el ataque este jueves, en medio de una fuerte tensión regional por el conflicto entre Israel y Hamás.
A continuación, se detalla lo conocido acerca de la doble explosión:
¿Qué sucedió?
El atentado tuvo lugar durante una conmemoración por el cuarto aniversario del fallecimiento del general Qasem Soleimani, arquitecto de las operaciones militares iraníes en Medio Oriente, quien murió en un ataque estadounidense en Irak.
La explosión ocurrió cerca de la mezquita Saheb al Zaman de Kermán, donde yace la tumba de Soleimani.
Según la agencia oficial IRNA, citando “una fuente informada”, la primera explosión fue provocada por un “atacante suicida” alrededor de las 2:45 p. m. locales, a unos 700 metros de la tumba. El cuerpo del atacante quedó despedazado. La segunda explosión, unos 15 minutos después, está bajo investigación pero se presume que también fue causada por un kamikaze.
Los responsables
El Estado Islámico asumió la responsabilidad del ataque, indicando en Telegram que dos de sus miembros “activaron su cinturón de explosivos” en medio de “una gran multitud de apóstatas, cerca de la tumba de su líder”. El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, prometió una “dura respuesta” a los “malvados y criminales enemigos de la nación”.
El general Esmail Qaani, jefe de la Fuerza Quds, la rama de operaciones exteriores de la Guardia Revolucionaria, insinuó antes de la reivindicación que los autores podrían haber sido “abastecidos por Estados Unidos y el régimen sionista”.
Estados Unidos negó cualquier implicación y afirmó no tener razones para creer que Israel estuvo involucrado.
Las consecuencias
Irán, inmerso en una guerra en la sombra con Israel y luchando contra diversos grupos yihadistas, se enfrenta a posibles represalias. Si la República Islámica acusa a Israel, podría responder atacando objetivos de alto valor o instalaciones fáciles.
En caso de atribuir el ataque al EI o a grupos separatistas, se esperan detenciones, ejecuciones y posibles ataques con misiles contra sus bases en la región.
El atentado podría interpretarse como un intento de forzar a Irán a negociar y solicitar su cooperación en la gestión de tensiones regionales.
Estados Unidos acusa a Irán de facilitar activamente ataques contra sus bases militares en Medio Oriente y de estar profundamente involucrado en los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen contra buques mercantes en el mar Rojo.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, declaró que Irán considera “su deber apoyar” a los grupos en conflicto con Israel, aunque subrayó que son “independientes en sus decisiones y acciones”.