Los fiscales brasileños José Augusto Simoes y Carlos Alberto Gomes consideran que los cuestionamientos hechos al juez Sergio Moro por supuestas irregularidades en el proceso que desembocó en la detención del popular expresidente Luiz Inácio Lula da Silva carecen de fundamento y están enfocados en ‘debilitar jurídicamente’ la captura del exmandatario socialista.
Ambos funcionarios judiciales participaron el 24 de julio en un foro como expertos en la operación Lava Jato, una de las más grandes y sofisticadas estructuras de corrupción de Brasil que se extendió a otros países de América Latina. Ese mismo día, concedieron una entrevista a La Nación.
“Los señalamientos que se han hecho con respecto al diálogo no son confirmados por los interlocutores. Ninguno confirma que efectivamente sucedió lo que la prensa reportó, entonces jurídicamente esa prueba no tiene ningún valor (...) Hay personas que quieren aprovechar esa situación de las supuestas conversaciones para debilitar jurídicamente la detención de Lula”, afirmó Simoes.
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Las filtraciones que dio a conocer el sitio web The Intercept Brasil sobre contactos entre los fiscales de la operación Lava Jato y Moro pusieron en la mira a la mayor investigación anticorrupción que empezó en un lugar de lavado de automóviles en el país suramericano.
El medio publicó mensajes pirateados de los fiscales entre sí y con Moro, nombrado en enero ministro de Justicia y Seguridad Pública por el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro.
Entre los mensajes destaca una serie de intercambios que Moro realizó en setiembre pasado, cuando los fiscales tomaron acciones para impedir que Lula, encarcelado desde abril del 2018, fuera entrevistado por temor a que pudiese beneficiar a su delfín Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones presidenciales que ganó Bolsonaro.
Desde que la serie de reportajes salió a la luz, el periodista a cargo de la publicación, Glenn Grennwald, ha sido blanco de amenazas e insultos.
“La sentencia de Moro a Lula también fue confirmada por el Supremo Tribunal Federal de Brasil, así como por otras instancias judiciales. (Los audios) son especulaciones que son políticas”, sostuvo Simoes.
Por su parte, el fiscal Gomes cree que el objetivo de las filtraciones es afectar la reputación de las personas que están trabajando en torno al Lava Jato. “Las conversaciones de Moro son conversaciones normales entre personas que están investigando un tema. Es nuestro trabajo”, señaló.
Acerca de los principales legados que le ha dejado estar inmerso en una investigación tan grande como Lava Jato, Simoes afirmó que uno de ellos fue descubrir que el sistema político de Brasil es “absolutamente corrupto”. Además, rescata que el caso puso a prueba a instituciones brasileñas como la Policía y el Ministerio Público, las cuales respondieron de manera efectiva.
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Ambos funcionarios aseguran que cada día se sorprenden de la magnitud de alcance del esquema Lava Jato y que aún falta por indagar a muchos ligados a esta operación.
“Tenemos decenas o tal vez centenas de hechos de líneas de investigación. No solo en Río de Janeiro, sino en Basilia, San Paulo, Curitiba”, resaltó Simoes.
Hasta ahora, en Brasil 429 personas han sido procesadas penalmente por Lava Jato, de las cuales 159 ya han sido condenadas.