Ciudad del Vaticano. AFP. El papa Benedicto XVI, quien anunció su renuncia a partir del 28 de febrero, se retirará a un monasterio situado en el Vaticano y dedicado a la vida contemplativa, con lo cual una vez electo el nuevo Pontífice cohabitarán en la Santa Sede un expapa y su sucesor.
Benedicto VI, de 85 años, que justificó su renuncia invocando su avanzada edad y una falta de fuerzas para ejercer la función de Sumo Pontífice, permanecerá por un tiempo en la residencia papal de verano en Castelgandolfo, a unos 30 kilómetros al sur de Roma; un viaje de una hora en auto.
Una vez que el cónclave haya elegido su sucesor, Ratzinger tiene previsto pasar el resto de sus días en el monasterio de monjas de clausura Mater Ecclesiae, situado en el interior del Vaticano –un oasis de paz con jardín y huerto propio– y que será objeto de obras de renovación.
El Vaticano anticipó que el reemplazante será electo a tiempo para la Pascua; es decir, antes del 31 de marzo. Será la primera vez en siglos que un Papa y un expapa estén vivos al mismo tiempo.
Nueva etapa. “Cuando el Papa se retire, se mudará primero a Castelgandolfo y, luego, cuando concluyan las obras de renovación se mudará al Vaticano, al monasterio de los jardines del Vaticano”, puntualizó Federico Lombardi, su vocero.
“Tampoco creo que viva recluido”, agregó Lombardi.
“Será una situación sin precedentes, ya veremos cómo se desarrolla... Ha dicho a menudo que quería dedicar sus años de la vejez a escribir y estudiar, y me imagino que eso hará”, comentó.
El monasterio Mater Ecclesiae –el único que existe dentro del Vaticano– fue construido en 1992 conforme a instrucciones del papa Juan Pablo II, quien deseaba crear un espacio para albergar a aquellos que quisieran dedicar su vida a la contemplación.
Distribuido en tres pisos, el moderno complejo tiene 12 celdas monacales en la planta alta, mientras que en la baja hay una cocina, un salón, una biblioteca y una capilla.
Las celdas están escasamente amuebladas y la única decoración visible son crucifijos y unos pocos cuadros con escenas de la vida religiosa, según el Vaticano.
Benedicto XVI, amante de la naturaleza, conocido por su apego a la protección del medio ambiente y sus frecuentes paseos por los jardines del Vaticano, podrá así pasar el resto de sus días en el jardín florido del monasterio.
El huerto frecuentado por Benedicto contribuirá a alimentar la mesa del futuro Papa: pimientos, tomates y repollos son cultivados en el recinto y abastecen a menudo a la cocina pontificia.