Washington. AP El presidente Barack Obama declaró alcanzar una victoria, luego que negociadores del Senado y la Cámara de Representantes llegaran a un acuerdo sobre una ambiciosa reforma del sistema financiero.
Los legisladores lograron el pacto en la madrugada de hoy, horas después de que el gobierno ayudara a concretar un acuerdo que superó el último obstáculo para el avance del proyecto de ley: una propuesta que forzaba a los bancos a escindir su muy rentable mercado de derivados.
La reforma, la más amplia desde la Gran Depresión de los años 30, toca una extensa gama de transacciones financieras, desde una tarjeta de débito usada en un supermercado hasta los más complejos negocios en Wall Street.
El presidente dijo a la prensa que se siente satisfecho por el trabajo del Congreso y que el acuerdo incluye un 90% de lo que él propuso.
El mandatario, quien se disponía a salir de la Casa Blanca para asistir a una cumbre económica mundial en Canadá, señaló que el proyecto de ley, logrado luego del colapso financiero del 2008, es la reforma financiera más estricta desde la Gran Depresión de los años 30.
“Todos hemos visto lo que pasa cuando no hay una supervisión adecuada y falta de transparencia en Wall Street. Las reformas que avanzan en el Congreso harán que éste pueda ser responsabilizado para prevenir otra crisis financiera como de la que todavía nos recuperamos”, dijo Obama.
El presidente se mostró seguro de que la medida financiera será aprobada por el Senado. Agregó que hablará sobre la legislación con otros líderes mundiales reunidos en Toronto, porque la reciente crisis demuestra que las economías del mundo están conectadas.
Los legisladores esperan que el proyecto sea aprobado por la Cámara de Representantes y el Senado para el 4 de julio. Republicanos han criticado la medida por considerar que es demasiado extensa y toca asuntos que no influyeron en la debacle financiera.
La reforma incluye un sistema de alerta de riesgos financieros y una oficina de protección al consumidor para vigilar las prácticas de los prestamistas.
La legislación también obliga a las empresas a punto de colapsar a liquidar sus activos y fija nuevas reglas para instrumentos de inversión que hasta ahora funcionaron casi sin control de las autoridades.
“Tuvo que venir la crisis para que llegáramos al punto de realmente poder lograr esto”, dijo el presidente del comité de bancos del Senado, Christopher Dodd.
La legislación afectará a trabajadores de clase media que buscan comprar su primera casa y a ministros de finanzas a nivel internacional que negocian nuevos sistemas de regulación financiera.
“Se logró un acuerdo en torno al proyecto de ley en una época de gran desempleo en Estados Unidos, grandes bonificaciones para los banqueros y una creciente oposición al rescate de bancos. Es reconfortante el saber que cuando la opinión pública participa, gana”, dijo el representante Barney Frank, presidente del panel que logró fusionar los proyectos de ley de la cámara de Representantes y del Senado en una sola propuesta.