México D.F. Una Centroamérica políticamente más estable es un terreno más fértil para pensar en el fomento de la cooperación y la integración comercial. Tal es la principal diferencia que Ernesto Zedillo, presidente de México, encuentra a la hora de valorar las expectativas de la reunión con sus contrapartes del istmo, que tendrá lugar el jueves y viernes en San José.
"Cuando ocurrió Tuxtla I, hace cinco años, todavía se vivía una situación de gran incertidumbre en América Central (...) En general, el mapa político de la región era muy preocupante", rememora en relación con el primer encuentro presidencial -en la ciudad chiapaneca de Tuxtla Gutiérrez-. Zedillo, en el poder desde diciembre de 1994, concedió el lunes una entrevista a La Nación , en el Palacio de los Pinos. Seguidamente, un resumen:
-México siempre ha sido un país líder en América Latina. En los últimos años tomó la batuta en los procesos de reforma y apertura económica, pero acaba de tener un tropezón muy serio. ¿Qué enseñanzas se derivan para el resto de Latinoamérica de lo que ha ocurrido aquí?
-Quiero afirmar, de entrada, que las dificultades transitorias que ha vivido México a partir de 1994 de ninguna manera niegan las políticas de cambio estructural que ha practicado el país ya durante varios años. Por el contrario, estoy seguro que de no haber contado con el adamiaje que nos proporcionó el cambio estructural, el saneamiento financiero del país, nuestras dificultades serían ahora mucho más graves, prácticamente insuperables.
-En ese contexto, ¿cuáles son las expectativas concretas que tiene México sobre la próxima cumbre regional con los presidentes de América Central?
-Cuando ocurrió Tuxtla I, hace cinco años, a principios del 91, todavía se vivía una situación de gran incertidumbre en América Central; eran los tiempos del nuevo Gobierno nicaragüense, estábamos todavía con violencia en El Salvador; en general, el mapa político y social de la región era muy preocupante. Ahora, después de cinco años, consideramos que las condiciones son afortunadamente muy distintas, y que los temas que debemos ahora abordar, con mucho mayor decisión, son los temas de la integración y la cooperación.
"Considero que este es el momento de dar un gran impulso a esa integración y a esa cooperación, y el mensaje que le llevo a mis colegas centroamericanos es que, más allá de las dificultades de corto plazo, pongamos nuestra visión en largo plazo y reconozcamos la conveniencia de apresurar estos procesos. Que no nos inhibamos por circunstancias que son estrictamente temporales y que pensemos que este es el momento de ir generando esa arquitectura de la integración para Centroamérica y México para el Siglo XXI".
-México tiene la experiencia de haber negociado un tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, y ahora pretende uno con Centroamérica. Pero, a diferencia del TLC de Norteamérica, las economías centroamericanas, antes que complementarias, compiten entre sí, en los mismos mercados y con los mismos productos. ¿Cómo armonizar los intereses?
-Creo que así como México ha tenido la experiencia del TLC (con Estados Unidos y Canadá) también ha tenido la experiencia muy valiosa de otros acuerdos de liberalización comercial como otros países de América Latina, incluida Costa Rica, y me parece que si se han dado estos pasos tan importantes es porque los países nos hemos convencido que son necesarias estas medidas para mejorar el potencial del crecimiento y desarrollo económico de nuestros países.
-¿Es el libre comercio una ruta para que nuestros países alcancen el desarrollo, o es más bien un instrumento de competencia ente países desarrollados?
-El libre comercio es uno de varios instrumentos con los que cuentan las naciones actualmente para impulsar su desarrollo. Vivimos ahora en circunstancias de economía globalizada, de condiciones en las cuales la productividad y la competitividad determinan el avance de los ingresos de las naciones, y no es de pensar que la productividad, esa competitividad, esos accesos a los mercados que nos proporcionan las economías de escala, puedan lograrse si no estamos participando en sistemas de libre comercio.
-Cuáles son los intereses y cuáles las ventajas para México, de suscribir un tratado regional de libre comercio con Centroamérica?
-Queremos, en primer lugar, pensar también en el interés de los países centroamericanos y, claramente, tener un acceso más libre al mercado mexicano para los países centroamericanos, pues debiera ser muy interesante para sus economías. Al mismo tiempo, creemos que es de interés de México, de ciertos sectores de la economía, el poder tener un acceso más libre al mercado centroamericano.
-México tuvo un enorme protagonismo en Centroamérica en la década pasada. En el actual sexenio, ¿cuáles son los objetivos estratégicos de la política exterior mexicana en la región? ¿Por qué casi sólo se habla de asuntos económicos ¿No persigue otros intereses vitales?
-No, claro que sí. La política exterior mexicana ciertamente tiene como uno de sus objetivos la promoción de los intereses económicos del país, pero no es el único. Los principios y propósitos de la política exterior mexicana son muy amplios y, al mismo tiempo, muy robustecidos por la tradición. Tenemos principios del derecho internacional muy bien recogidos en nuestra Constitución: el derecho a la autodeterminación de los pueblos, el principio de la no intervención, la promoción de la cooperación internacional, la solución pacífica de las controversias.
"Nosotros queremos vernos en una igualdad política respecto a los países de América Central; no queremos ser de ninguna manera un país dominante, ni siquiera queremos que se nos vea como un hermano mayor".
-¿Aceptará México en la cumbre Tuxtla II, la propuesta de modificar el Pacto de San José, para que los recursos financieros que de ahí se generan sean canalizados al sector privado, en vez de instituciones estatales?
-No conozco este planteamiento, pero cualquier cuestión que sea planteada por los presidentes centroamericanos la conoceremos y la estudiaremos con gran cuidado e interés.
-¿Pero sigue firme el apoyo político de su gobierno al Pacto de San José?
-México mantiene su voluntad política de sostener el Pacto de San José y dar una suerte de garantía de abasto, y poner a disposición los mecanismos financieros que faciliten el comercio del crudo.