Caracas. Cerca de ocho horas después de que se reanudó el servicio eléctrico, los venezolanos volvieron a sufrir el domingo, una vez más, con una nueva falla que afectó la capital y al menos dos decenas de estados como parte de una serie de apagones nacionales que se registran a diario en este país suramericano desde el 7 de marzo.
El apagón del domingo se registró a las 9.40 a. m. (7:40 a. m. en Costa Rica), desatando la ira de muchos que tocaron cacerolas en balcones y ventanas de los edificios, y gritaban groserías dirigidas al presidente Nicolás Maduro, a quien consideran responsable de las fallas eléctricas.
En algunos de los 23 estados del país, el servicio se reanudó minutos después, reportaron líderes locales.
Ante la situación, el gobierno de Nicolás Madurodecretó este domingo la reducción de la jornada laboral y la suspensión de clases por el agravamiento de los apagones.
“Para conseguir consistencia en la prestación del servicio eléctrico, el gobierno bolivariano decide mantener suspendidas las actividades escolares y establece jornada laboral diaria hasta las dos de la tarde en instituciones públicas y privadas”, informó el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, en un comunicado leído en la televisión gubernamental.
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Varias manifestaciones se produjeron este domingo en Caracas por los recurrentes cortes eléctricos que han venido afectando el país, en especial las regiones del interior.
Grupos armados chavistas armado reprimieron algunas de las protestas, denunciaron manifestantes y ONG de derechos humanos.
El presidente Nicolás Maduro, que suele achacar los apagones a sabotajes, dio luz verde a los colectivos civiles que lo respaldan para contener las protestas que tilda de “guarimbas violentas” para derrocarlo.
Los expertos señalan que las fallas son consecuencia de una corrupta e incapaz administración que se traduce en la falta de mantenimiento del sistema eléctrico nacional.
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“Esto no lo aguanta nadie, pasamos casi todo el día sin luz, no hay agua desde el lunes (pasado), no se puede llamar por teléfono, no podemos pagar con tarjetas. ni comer”, dijo Karina Camacho, una ama de casa de 56 años, quien vio frustrada la compra de un pollo porque justo después de pedirlo ocurrió el apagón y la balanza eléctrica y el dispositivo de pago de tarjetas de crédito dejaron de funcionar.
Los acueductos en la mayoría de las regiones del país siguen sin operar y el sistema de trenes subterráneos de la capital, que transporta diariamente en promedio tres millones de personas, dejó de prestar servicio.
El funcionamiento de Internet y los teléfonos fijos y móviles es intermitente desde el 25 de marzo.
Desde el 7 de marzo, cuando se registró el primero y hasta ahora el peor de los apagones de la historia venezolana, el gobierno de Maduro ha denunciado que los cortes de energía son consecuencia de varias causas, desde “ataques electromagnéticos” dirigidos por Estados Unidos hasta un ataque con armas de fuego a una instalación eléctrica.
Dos de los tres más recientes apagones nacionales se produjeron a las 7:10 p. m. del viernes y sábado, lo que hizo sospechar a muchos que se estaría aplicando un patrón de racionamiento del servicio eléctrico.
“Nunca lo vamos a saber, el gobierno siempre miente, no informa, ni asume su responsabilidad, y cuando dice algo, lo justifica con la payasada de los sabotajes” , dijo Francisco López, un comerciante de 31 años, en alusión la opacidad informativa que caracteriza al gobierno.
En varios sectores de la capital venezolana, algunos vecinos salieron a las calles a protestar, quemando la basura que suele acumularse en las aceras debido al ineficiente servicio de aseo urbano, pero muchos de ellos rápidamente regresaron a sus hogares luego que miembros de supuestos grupos oficialistas armados, conocidos como “colectivos”, fueron vistos recorriendo las principales avenidas de la capital.
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Esos grupos a menudo disparan indiscriminadamente contra manifestantes para intimidarlos, mientras la Policía y los agentes de la Guardia Nacional se mantienen a distancia.