“No pude dormir anoche entre la espera y las preocupaciones. Aún no tenemos noticia. Mi esposo llamó y me dijo que estamos en una incertidumbre. Quizás nos den una sorpresa en las próximas horas. Yo tengo todo listo: dos mudas de ropa y fotos de la familia”, explicó Oleydis García, casada con Pablo Pacheco, de 40 años y condenado a 20 años, por teléfono desde la central Ciego de Ávila.
Su esposo fue avisado por el cardenal cubano Jaime Ortega que es uno de los cinco opositores que en las “próximas horas” saldrán de la cárcel, primer paso del compromiso –anunciado el jueves– que seguirá con la excarcelación de otros 47 en un máximo de cuatro meses.
“Agentes de la Seguridad del Estado me dieron la información. Solo me dijeron que mantuviera la calma, no me han dicho en qué momento, si va a venir a la casa o nos vamos a encontrar en el aeropuerto”, expresó desde la oriental Santiago de Cuba Lisandra Laffita, esposa de Luis Milán, de 40 años y sentenciado a 13 años.
Los 52 opositores forman parte de un grupo de 75 presos condenados en el 2003 a penas de 6 a 28 años, y su liberación, la mayor en una década, será fruto del inédito diálogo instalado por el presidente Raúl Castro y Ortega el 19 de mayo.
En declaraciones a la Radio Nacional de España, Fariñas dijo ser el “primer sorprendido” de las liberaciones prometidas, y opinó que “hay que dar un margen de credibilidad al gobierno”.
El activista de derechos humanos disidente, Elizardo Sánchez, calificó de “buena noticia” que la cifra de presos baje de 167 a un centenar, pero se dijo escéptico de un cambio en la situación del país.
El anuncio oficial fue saludado por la Unión Europea, EE. UU. y organismos de derechos humanos que criticaron enérgicamente a Cuba por la muerte en febrero del preso opositor Orlando Zapata tras 85 días de huelga de hambre.