Londres. Miles de activistas del movimiento ecologista Extinction Rebellion (XR) marcharon el martes hasta el Parlamento de Londres para interpelar a los diputados y denunciar la política del gobierno de Boris Johnson ante la emergencia climática, en el primero de diez días de protestas previstas.
"Queremos vivir", "salven mi futuro", decían las pancartas de los manifestantes que, cubriéndose con mascarillas e intentando mantener las distancias contra el coronavirus, convergieron en la plaza frente al Parlamento de Westminster, en el momento en que los diputados volvían al trabajo tras el receso estival.
Otro grupo de activistas llevó a cabo una acción frente a la sede de la corporación del transporte público londinense TFL para denunciar el proyecto de construir un túnel bajo el Támesis: colocaron 26 pares de zapatos en el suelo, representando las muertes que se atribuyen diariamente a la contaminación atmosférica en Londres.
"El gobierno no está haciendo lo necesario para garantizar la seguridad de las personas, su negligencia criminal está poniendo vidas en riesgo", dijo en un comunicado este movimiento, que planea llevar a cabo acciones durante 10 días, tras organizar varias manifestaciones durante el fin de semana contra proyectos de ampliaciones aeroportuarias.
"No se debe permitir que sigan así", subrayó XR, llamando a actuar "ahora".
La Policía de Londres impuso restricciones, estipulando que las protestas debían realizarse entre 8 a. m. y 7 p. m. y sin cortar las principales vías en torno a Parliament Square. Y advirtió de que no se tolerarían las fuertes perturbaciones del tráfico que se convirtieron en la marca de las precedentes protestas de este movimiento de desobediencia civil.
En total, 65 manifestantes fueron detenidos por infracciones al orden público.
Antes de estas nuevas acciones, cuatro miembros del grupo, incluido su cofundador Roger Hallam, fueron acusados de conspiración para causar daños y permanecen en prisión provisional.
En 2019, XR llevó a cabo una serie de acciones de choque en el Reino Unido y en todo el mundo, bautizadas Autumn Uprising (sublevación de otoño).
A raíz de una serie de protestas en el centro financiero de Londres, la Policía prohibió las acciones de dicha “sublevación” en la capital británica, arguyendo la “grave perturbación” que habían causado.
Un total de 1.828 personas vinculadas al movimiento de protesta fueron arrestadas en diez días en Londres, según la Policía.