París. Líderes mundiales expresaron el viernes la esperanza de que el acuerdo de normalización de relaciones entre Emiratos Árabes Unidos e Israel impulse las conversaciones de paz en Oriente Medio, mientras los palestinos y sus partidarios lo denunciaron como una traición a su causa.
El pacto, anunciado el jueves por el presidente estadounidense, Donald Trump, es el tercero de este tipo que Israel alcanza con un país árabe y plantea la posibilidad de otros similares con otros Estados prooccidentales del Golfo.
En el texto, Israel se compromete a renunciar a su plan de anexión de territorios palestinos, una concesión acogida por países europeos y algunos gobiernos árabes como un impulso para la paz.
Pero el primer ministro, Benjamín Netanyahu, subrayó que esto no significaba que Israel abandonase su intención de anexar algún día el valle del Jordán y los asentamientos judíos en Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967.
El presidente Trump anunció el acuerdo en un tuit como un "GRAN avance" y un "acuerdo de paz histórico entre nuestros dos GRANDES amigos". Indicó que los líderes de ambos países firmarían el acuerdo en la Casa Blanca en unas tres semanas.
El establecimiento de lazos diplomáticos entre Israel y aliados de Oriente Medio de Washington, como las monarquías del golfo Pérsico, ha sido central en la estrategia de Trump en la región para contener a Irán, igualmente enemigo de Israel.
Espacio para la esperanza
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, manifestó que esperaba que la suspensión de las anexiones de Israel bajo este acuerdo pudiera ayudar a lograr una solución de dos Estados con los palestinos.
Las anexiones “efectivamente cerrarían la puerta” a las negociaciones entre los líderes israelíes y palestinos, y “destruirían la perspectiva” de un Estado palestino viable, declaró.
El presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, cuyo país firmó el primer tratado de paz con Israel en 1979, elogió el acuerdo sobre “el cese de la anexión de Israel de territorios palestinos” y dijo que esperaba que trajera la “paz”.
Una postura compartida por los aliados europeos de Estados Unidos. La Unión Europea (UE) celebró el acuerdo como un paso beneficioso para ambos países y la “estabilidad regional”.
“Las noticias que vienen de Emiratos Árabes Unidos y de Israel son bienvenidas. La normalización será beneficiosa para ambos (...) y para la estabilidad regional”, declaró la vocera de la diplomacia europea, Nabila Massrali.
Para el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, ese acuerdo es “una contribución importante a la paz en la región”.
Se trata de “un paso histórico”, estimó el jefe de la diplomacia alemana, cuyo país ejerce actualmente la presidencia rotativa de la Unión Europea. “Esperamos que este acuerdo (...) permita dar un nuevo impulso al proceso de paz en Oriente Medio”, agregó.
Furia de los palestinos
Netanyahu celebró un “día histórico”, que iniciaría una “nueva era” para el mundo árabe y para Israel. Pero los palestinos lo rechazaron categóricamente, calificándolo de “traición” a su causa, incluida su reivindicación de hacer de Jerusalén Este -anexada y ocupada por Israel- la capital del Estado al que aspiran.
Igualmente comunicaron que retirarían a su embajador de Emiratos e instaron a una reunión de emergencia de la Liga Árabe.
“Intento entender por qué es una traición cuando estamos abriendo una puerta para que Israel se replantee su proyecto de anexión”, expresó Omar Saif Ghobash, viceministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos.
El viernes, después de la oración musulmana del mediodía en Jerusalén, frente a la mezquita de Al Aqsa, los fieles pisotearon fotos del príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed Al-Nahyan.
En la ciudad ocupada de Naplusa, en Cisjordania, varias personas quemaron fotos del jeque emiratí, de Netanyahu y de Trump.
“El pueblo palestino ha sido apuñalado por la espalda por los dirigentes de Emiratos. Pero ni este acuerdo ni nada más socavará nuestra voluntad de luchar por la libertad y la independencia”, señaló Yihad Husein, un habitante de Ramala, Cisjordania.
Por su parte, Irán y Turquía que apoyan a Hamás, grupo islamista palestino que controla la franja de Gaza, acusaron a Emiratos de “traición”.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, crítico con Israel y a menudo en desacuerdo con las potencias occidentales, amenazó con suspender las relaciones diplomáticas con Emiratos o con llamar a consultas al embajador en Ankara.
Turquía acusa a Emiratos de aceptar firmar este acuerdo para "servir a sus pequeños intereses".
El Ministerio de Relaciones Exteriores iraní dijo que los palestinos “nunca perdonarían la normalización de relaciones con el régimen criminal de ocupación israelí”.
“Es una traición a Jerusalén y al pueblo palestino”, estimó Hasan Nasrala, líder del movimiento chiita libanés Hezbolá, aliado de Teherán.
Paralelamente, países aliados de Estados Unidos en el Golfo, como Baréin y Omán, emitieron declaraciones respaldando el tratado.
Mientras tanto, Arabia Saudí, peso pesado en la región, no emitió por el momento ninguna declaración sobre el acuerdo entre Israel y los Emiratos.