El estallido de la burbuja inmobiliaria, principalmente en los cantones costeros del país, aún se evidencia por los proyectos habitacionales inconclusos.
Las secuelas de la debacle de de la construcción todavía son una sombra para los municipios de Garabito, Santa Cruz, Carrillo y Liberia.
Ninguno de estos ayuntamientos ha conseguido recuperar el ritmo de edificación anual de nuevas viviendas antes del 2009, cuando la crisis económica global llegó a Costa Rica.
Garabito fue el gobierno local que sufrió el peor golpe, pues pasó de levantar 1.200 viviendas en el 2008 a poco más de 100 en los años posteriores, según el estudio Estadísticas de la construcción , del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Hasta el año pasado, en el concejo puntarenense se hicieron casi 400 nuevas casas. Sin embargo, a diferencia de los años del bum inmobiliario, la mayoría de las viviendas se edificaron por medio de bonos de vivienda.
En los ayuntamientos guanacastecos, la reducción fue menos agresiva. Sin embargo, aún están lejos de lograr el número de residencias hechas en los años previos a la crisis.
En Santa Cruz, por ejemplo, los datos del INEC muestran que en la época anterior a la crisis, se construían en promedio 1.000 casas al año; pero en los años posteriores bajó a 380.
Rosendo Pujol, ministro de Vivienda, dijo que durante el bum inmobiliario, hubo mucha especulación en las zonas costeras.
“Cuando uno va a la costa, principalmente en el Pacífico, observa edificios abandonados herencia de la especulación que se generó”, comentó Pujol.
Víctor Rojas, de Grupo Mutual, detalló que en los cantones costeros hubo un decrecimiento de la construcción de un 63% si se compara la edificación hecha entre el 2005 y el 2010, frente al periodo del 2011 al 2014.
Para Andrés Zamora, ex presidente de la Cámara Costarricense de Corredores de Bienes Raíces, el fuerte desarrollo habitacional del país impulsó la inversión desde Estados Unidos.
“En el 2006, la cadena CNN vino a Guanacaste e hizo un reportaje sobre el desarrollo inmobiliario y la oportunidad de comprar en Costa Rica. A partir de ese momento, la inversión comenzó a crecer”, recordó Zamora.
La ampliación del aeropuerto internacional Daniel Oduber, en Liberia, fue otro de los detonantes del auge guanacasteco.
Según Zamora, los inversionistas estadounidenses están de vuelta en Costa Rica; no obstante, la actitud de ahora es mucho más prudente en comparación con el periodo anterior a la burbuja inmobiliaria.