Los chinamos navideños son una tradición que destaca en la calles de varios cantones de Costa Rica a partir de noviembre, cargados de luces, adornos, lana y el característico olor a ciprés que marca el inicio de la Navidad. Esta año, sin embargo, el fútbol impregnará la temporada de un matiz un tanto diferente.
La Nación realizó un recorrido por varios de estos negocios para comprobar cómo se mueven las ventas y conocer a qué obstáculos se enfrentan estos comerciantes. Este 2023, los establecimientos improvisados deben competir con el Mundial de Qatar, que usualmente suele desarrollarse entre los meses de junio y julio.
LEA MÁS: Viva una Navidad llena de luces de colores y sin incendios
Minor Gómez tiene 19 años de colocar su tramo a un costado de la Iglesia Católica de Guadalupe, en Goicoechea. A la espera de poder descifrar el rumbo que tomarán las ventas esta navidad, él tiene dos preocupaciones: competir con el consumo durante el Mundial y lo que que percibe como “el final de la tradición chinamera”.
Gómez opina que “los partidos de ‘La Sele’ mataron todo”, pues percibe que el poco movimiento que ha tenido este año se debe a que los consumidores no tienen suficiente presupuesto para gastar en bares o restaurantes por el Mundial de fútbol, y en la decoración navideña al mismo tiempo.
Este chinamero abre su negocio al público todos los 1.° de noviembre hasta el 25 de diciembre, y afirmó que para mediados de noviembre ya es posible descifrar el rumbo que tomarán las ventas durante ese año, pero este, el derrotero “aún es incierto”.
Paula Oviedo, de 23 años, es la encargada de la tienda Sweet Market que se ubica en Calle Blancos. Durante el resto del año esta tienda se centra en la fabricación y comercialización de artículos para fiestas, pero aprovechan la Navidad para abrir otra sección dedicada a los artículos característicos de la época, como las guirnaldas, los árboles o los villas.
La joven coincidió en que cuando juega la Selección de Costa Rica, el movimiento de la tienda disminuye bastante. Sin embargo, explicó que luego de que terminan los encuentros, la gente “empieza a salir” .
LEA MÁS: Comercios ‘juegan’ su Mundial y se enfrentarán a grandes adversarios en el camino
Normalmente, esta tienda cuenta con cuatro colaboradores, pero en noviembre y diciembre son nueve empleados en total, para poder dar a basto con todos los compradores que reciben.
El cambio de una tradición
Sergio Quesada es otro chinamero de Guadalupe. Él tiene 30 años de abrir su negocio al que bautizó “El Mejor Chinamo del Mundo”, que se encuentra al frente de las oficinas de Grupo Mutual.
Quesada expresó que para él es normal ver a clientes que hoy acuden con sus hijos, y que algunos años atrás solían llegar cuando eran niños, por lo que cataloga como “muy bonito” que los hijos sigan la tradición.
Sin embargo, también acotó que, aunque las generaciones siguen, la juventud se ha alejado de la tradición.
Esa misma preocupación la expresó Minor Gómez, quien lamentó que “esta tradición se está terminando”, y que con el paso de los años ha tenido que buscar soluciones a un negocio en el que los consumidores no suelen ser personas jóvenes.
Gómez tiene claro que la tradición va enfocada a personas mayores de 40 años, y mencionó que los jóvenes asisten “muy poco”, y la mayoría de ocasiones es para acompañar a sus mamás o abuelas.
LEA MÁS: Gastronomía navideña tica: ¿qué ha cambiado y qué sigue en la mesa?
Incluso, con los años, la relación con los proveedores de algunos productos también ha cambiado. Por ejemplo, Gómez manifestó que tiempo atrás compraba pinos con base de barro para vender, pero que una vez murió el proveedor, también murió ese sector del negocio. Lo mismo ha pasado con los proveedores de adornos de madera, según el comerciante.
Destacar entre la competencia
Los chinamos navideños tienen otras necesidades de las cuales preocuparse. Además de las ya mencionadas, está la competencia que tienen con grandes cadenas distribuidoras, como los supermercados
Por los altos volúmenes de importación y clientes que manejan esas cadenas, es común que tengan la posibildiad de hacer grandes ofertas, como en “viernes negro”, situación que a veces se extienda más de un fin de semana.
LEA MÁS: Gerente de Mercadeo de Unicomer, dueño de Gollo, critica temporada extendida de ‘viernes negro’
Como respuesta, los chinamos buscan destacar con el sentido nostálgico de la tradición, y con productos únicos y difíciles de conseguir.
Así lo destacó Sergio Quesada, quien amplió que la forma de obtener clientela es por las recomendaciones de sus clientes, debido a que los productos que importan son distintos, y por eso tienen tantos años en el negocio.
Marielos Arguedas, una guadalupana de 62 años decidió comprar en chinamos este año. Indicó que únicamente compraría luces, y detalles para el portal y para adornar las ventanas de su casa.
Esta vecina de Guadalupe no frecuenta chinamos, pero sí se mostró sorprendida por lo que consideró una gran variedad de productos a muy buen precio.
Explicó que para no gastar mucho dinero en adornos en estos tiempos, busca reutilizar cosas que ya tiene y hacer retoques para variar su decoración. Sin embargo, Arguedas reveló que vio cosas de su agrado, por lo que vale la pena visitar los chinamos y “darse una vueltilla”.
Pandemia, “un éxito total”
Los comerciantes Sergio Quesada y Minor Gómez expresaron que las ventas durante la pandemia, especialmente en el 2020, fueron “un éxito total”. Según narró Gómez, el negocio navideño es “muy relativo” por lo que las ventas dependen del ánimo de los consumidores.
Gómez percibe que la explosión en pandemia se debió a que las personas decidieron invertir más dinero en la decoración de los hogares, debido a que pasaban más tiempo en sus casas.
Por otro lado, Quesada cree que el buen movimiento en pandemia se debió a que la Navidad fue un respiro para la gente, después de tantos meses en el que la población acató órdenes sanitarias.
LEA MÁS: Pandemia afectó al 90,4% de las empresas de Costa Rica en el 2021
Ese nivel de ventas no fue el mismo en Sweet Market. Paula Oviedo indicó que este año ha sido mejor en comparación con los dos anteriores, y que la pandemia causó mucha incertidumbre en su negocio.
Ella apoya a sus padres en el negocio, que en un inicio era de sus abuelos, y mencionó que de tantos años, el 2020 fue uno de los peores para la empresa.
Por ese motivo, las importaciones de este comercio se adelantaron, y se iniciaron desde setiembre del 2021, esperando que para este 2022 el panorama fuera mejor. Sergio Quesada tomó una decisión similar, al iniciar con la logística de sus importaciones desde enero del 2022.
Entre los comercios visitados, los productos son fabricados por los emprendedores, comprados a proveedores nacionales, o importados de China, Panamá, España e Italia.