La calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) confirmó, este miércoles 25 de marzo, sus calificaciones soberanas de largo plazo en moneda local y extranjera de ‘B’ para Costa Rica, pero dejó claro que podría bajarla si el país no toma acciones fiscales correctivas.
En concreto, la agencia se refirió a medidas como la aprobación del crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la ley de empleo público.
S&P también mantuvo la deuda del país en “perspectiva negativa”, lo cual indica que la calificación podría bajar a futuro.
“La perspectiva negativa indica la posibilidad de que bajemos la calificación en los próximos seis a 12 meses si Costa Rica no avanza en su estrategia de acciones fiscales correctivas, como las del EFF (crédito de facilidad ampliada con el FMI) propuesto o la legislación de empleo público, que fortalecerían sus indicadores financieros después de la pandemia, o si se presentan retrocesos en las mejores condiciones de fondeo del mercado local que se han observado hasta ahora en 2021”, indicó la agencia.
El 16 de marzo pasado, la agencia Fitch Ratings tomó una decisión similar, al mantener sin cambios la calificación de riesgo de Costa Rica, pero reiteró su preocupación por la incertidumbre política que amenza la aprobación y apoyo a los acuerdos que alcanzó el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La agencia Standard & Poor’s estimó que por el impacto de la pandemia de la covid-19, tanto en la demanda interna como en el turismo, el PIB (producto interno bruto) real de Costa Rica se contrajo en alrededor de 4,5% en el 2020, el déficit del gobierno general aumentó hacia 8% del PIB y la deuda neta del gobierno general alcanzó 64% del PIB.
No obstante, el hecho de que el Gobierno negociara un crédito de Servicio Ampliado del Fondo Monetario Internacional, a principios de 2021, para proporcionar un ancla de política adicional para la corrección fiscal después de la pandemia y para garantizar el fondeo oficial para complementar el financiamiento del mercado local, contribuyó para que la agencia mantuviera las calificaciones crediticias soberanas en moneda local y extranjera de largo y corto plazo en ‘B’ para Costa Rica.
La agencia indicó que un escenario negativo sería aquel en el cual no se consiga la aprobación del Congreso para obtener financiamiento externo, ya sea de los mercados de capital o de acreedores oficiales.
La agencia recordó que el congreso, con frecuencia, ha demorado la aprobación para que el Gobierno obtenga crédito externo, lo que lo ha obligado a depender de un pequeño mercado interno.
“Dichos obstáculos políticos han debilitado la previsibilidad de la gestión de la deuda y han reducido la flexibilidad financiera del Gobierno” señaló la agencia.
“En este escenario, cubrir las grandes necesidades de financiamiento del Gobierno puede requerir acudir al banco central o a algún financiamiento no convencional. Esto, a su vez, podría hacer que S&P Global Ratings considere menos favorables el marco institucional y la capacidad del país para respaldar las finanzas públicas -a pesar de los pesos y contrapesos generalizados y una sólida tradición democrática- y nos lleve a bajar las calificaciones”, indicó la calificadora en su comunicado, el cual lo reciben también los inversionistas extranjeros.
Por el contrario, la agencia podría revisar la perspectiva a estable durante el mismo periodo si el Gobierno y el Congreso aprueban medidas concretas para anclar la política fiscal después de la pandemia.
“Por el momento, el gobierno ha articulado esta estrategia bajo el EFF propuesto y la ley de empleo público en debate. Estos pasos, junto con una recuperación económica posterior a la pandemia, podrían respaldar la confianza de los inversionistas, mantener un acceso fluido al mercado local y al endeudamiento oficial, así como a la inversión extranjera directa (IED), y reducir la vulnerabilidad externa del país”, citó la agencia.
S&P consideró que a pesar de las sólidas entradas de IED que en general han cubierto el déficit en cuenta corriente, las vulnerabilidades asociadas con la deuda externa y el financiamiento son debilidades clave para las calificaciones.
Consideró que la credibilidad y ejecución de la política monetaria, por el contrario, se han beneficiado de un régimen de metas de inflación, una mayor flexibilidad del tipo de cambio y cierta disminución y estabilización en el nivel de dolarización del sistema financiero.
El ministro de Hacienda, Elian Villegas, indicó que en la opinión de las calificadoras no se considera el esfuerzo que ha hecho el país. Resaltó que el país terminó el 2020 con un déficit menor y una deuda menor a las esperadas (8,1% de la producción interna de déficit financiero del Gobierno Central, sin incluir los órganos desconcentrados y una deuda de 67,5% de la producción).
“Me parece que la posición de las calificadoras es abrumadoramente conservadora, creo que de alguna forma están observando más los temas cualitativos, los temas de la política y no los temas cuantitativos, que son los temas de los números, creo que, de alguna forma, les falta un poquito de atrevimiento, para dar un paso adelante y reconocer el gran esfuerzo que ha venido haciendo el país, y desde ese punto de vista, siento cierta desazón al observar esas calificaciones que me parece no corresponden a la situación del país en este momento”, dijo Villegas.
El Ministro espera que a futuro la opinión de la agencia mejore en forma significativa.