La Caja de Ahorro y Préstamos de la Asociación Nacional de Educadores (Caja de ANDE) aumentó los créditos otorgados mediante el uso de una garantía prohibida por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
De enero 2009 a julio anterior, la entidad usó ese producto, denominado Bono Abierto de Garantía INS (del Instituto Nacional de Seguros), que permitía a educadores, activos y pensionados, obtener un crédito sin la necesidad de un fiador.
Adrián Soto, gerente general de Caja de ANDE, reconoció que esto tuvo el efecto de aumentar la colocación de crédito, aunque ese “no era el objetivo inicial”.
El mecanismo facilitó la aprobación de 196.000 operaciones crediticias por un saldo de ¢300.000 millones, confirmó Soto.
Objeción. La Sugef cuestionó el bono INS desde diciembre del 2012, por considerarlo indebido.
Pero fue hasta el 7 de julio pasado que el Tribunal Contencioso Administrativo de San José sentenció a Caja de ANDE por el uso de la garantía y prohibió su uso, según la sentencia 2072-2016 revelada por la propia entidad en sus estados financieros, con corte a setiembre de este año.
En el tiempo que estuvo vigente el instrumento, la cartera reportó un crecimiento interanual promedio del 20%. El saldo de préstamos ascendió a ¢650.000 millones en setiembre anterior.
Tras el fallo, la Sugef ordenó a la institución tomar ¢22.206 millones de sus ganancias para hacer una estimación por deterioro de la cartera de crédito.
“Caja de ANDE utilizó (el bono) erróneamente como un instrumento para mitigar el riesgo de las operaciones crediticias y reducir el registro de las estimaciones”, enfatizó Javier Cascante, jerarca de la Sugef.
La entidad registró las estimaciones en dos tractos. Una primera parte por ¢16.206 millones de utilidades reportadas en los periodos entre el 2009 y el 2015. El resto del dinero, ¢6.000 millones, salió de ganancias de este año.
El resultado fue que la provisión por préstamos deteriorados cerró con un saldo de ¢56.950 millones en setiembre, es decir 150% más frente al mismo periodo del 2015, cuando fueron ¢22.804 millones.
Caja de ANDE es un ente privado, de carácter público, creado en 1944 para estimular el ahorro entre los docentes del Ministerio de Educación Pública (MEP).
La institución se nutre cada mes con el aporte del 5% del salario de todos los maestros del MEP y de educadores jubilados. En el último año, ese monto ascendió a ¢35.435 millones. Actualmente tiene 120.000 accionistas.
Origen. El Bono Abierto de Garantía del INS fue creado en el 2008 para proteger a la entidad si un préstamo entraba en problemas, ya que garantizaba el 100% del pago.
A la Caja de ANDE le permitió no hacer una reserva de dinero, conocida como estimaciones, para los créditos con atrasos o impago, lo cual sí ocurre en bancos, cooperativas, mutuales y financieras supervisadas.
Además, otorgó créditos a clientes más riesgosos, situación que se frenó a partir de julio pasado, aceptó Soto.
“Tuvimos que sacrificar la colocación para este año por ¢17.000 millones, para evitar que las estimaciones siguieran creciendo”, afirmó el gerente.
El instrumento, hecho a la medida de la Caja ANDE por parte del INS, no está permitido en el Reglamento para la Calificación de Deudores, de la Sugef.
La normativa de análisis de los deudores establece un total de 20 tipos de garantías que permiten a las entidades financieras protegerse en caso de impago.
Entre las principales están las hipotecas sobre terrenos y edificios; prendas sobre vehículos o maquinaria; avales, entre otros.
Cascante explicó que un mitigador disminuye el riesgo de una operación de crédito, según el tipo de cliente de la entidad.
La Sugef clasifica a los deudores en ocho categorías. Los clientes A1 son quienes tienen un buen récord crediticio y están al día con el préstamo. En estas operaciones los bancos deben estimar el 0,5% del saldo adeudado.
Las últimas cuatro categorías (C1, C2, D y E) son las problemáticas, pues se trata de clientes con retraso en su pago . Para estos casos la provisión va de 25% hasta 100% del saldo del crédito.