Tomar una ducha caliente es un hábito de todos los días para quienes le huyen al agua fría, y también es una acción necesaria para mantener la salud e higiene personal. Sin embargo, muchas personas suelen tardar más de lo recomendado en el baño, mientras el calentador de agua funciona. Esto puede llevar a que sus facturas de luz y de agua lleguen más altas de lo que deberían.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una ducha debe limitarse a cinco minutos para un uso sostenible del agua y de la energía, y así no superar los 95 litros de agua de consumo medio diario.
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Tatiana Altamirano, del área de Mercadeo y Ventas de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), explicó que los artículos que más energía consumen en el hogar son los que tienen mayor potencia, y generalmente estos son los que generan calor, como la termoducha, el calentador de paso o la secadora de ropa.
“Los artículos que son para calentar el agua o los de la cocina van a tener potencias altas. La termoducha, por ejemplo, es un equipo que por lo general usamos todos los días. Si todos los días nos bañamos con agua caliente, es ahí donde el consumo de la ducha es bastante significativo en la factura eléctrica de los hogares”, explicó Altamirano.
Existen distintas opciones para que usted pueda calentar agua en su hogar, cada una con una potencia promedio distinta. En primer lugar, se encuentra la termoducha, que es la opción más común en los hogares según Altamirano. Este tiene una potencia promedio de 5.000 Watts (W). También están las opciones del calentador de paso con 9.000 W y el tanque, con una potencia menor, que promedia los 3.000 W.
Estos valores son promedios, y podrían ser mayores o menores dependiendo de las capacidades de los equipos y de cómo estén configurados.
Para que usted pueda comparar, Altamirano explicó que los equipos de menor potencia en la casa son los de iluminación, especialmente si estos son dispositivos LED. Un bombillo con esta tecnología promedia 10 W de potencia.
Le siguen los dispositivos electrónicos como televisores o consolas de videojuegos, que tienen una potencia promedio de 100 W a 200 W; y luego le sigue la línea blanca, como ollas arroceras (800 W), o el sartén eléctrico (1.500 W). De igual forma, la potencia variará según la capacidad. Por último le siguen los artefactos que generan calor como se mencionó anteriormente. La secadora de ropa, por ejemplo, alcanza un promedio de potencia de 5.000 W.
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Usted también puede hacer el ejercicio y calcular cuánto consume cada artefacto en su hogar. Para ello, puede utilizar una fórmula, en la cual multiplica la potencia del artículo por el tiempo de uso en horas; el producto lo divide entre 1.000 y el resultado será el consumo en kWh. De igual forma, la CNFL tiene a su disposición una calculadora energética para que pueda realizar esos cálculos más fácilmente.
Así podrá revisar en su factura eléctrica cuál fue el consumo del mes anterior. Si, por ejemplo, el consumo mensual fue de 300 KwH, y calculó que la termoducha le consumió 100 kWh, sabrá que una tercera parte del total de su recibo de luz se debe al uso que hace usted del aparato cuando se baña.