El reglamento para la aplicación del programa de vivienda de bono diferido establece restricciones para la utilización de este instrumento.
Por ejemplo, la propiedad financiada con ese subsidio no se puede vender sino hasta después de 10 años de que se ha otorgado el beneficio, salvo que se reintegren al Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi) los recursos recibidos.
“No se otorgarán permisos para venta o traspaso gratuito de las propiedades, salvo que se reintegren al Banhvi la totalidad de los recursos del bono familiar empleados hasta el momento de la respectiva venta”, señala el reglamento.
El dinero del beneficio no se le entrega a la familia, sino que se deposita en la entidad autorizada para que cada mes se aplique a la cuota mensual.
Si la persona no ha pagado la cuota no se le otorga el subsidio y tampoco se pueden usar los recursos para pagar intereses moratorios.
“En ningún caso, los recursos del bono familiar de vivienda podrán utilizarse para el pago de intereses moratorios, gastos administrativos o judiciales de cobro, o gastos de cualquier tipo que se originen debido a la mora del deudor y con independencia de su denominación técnica o legal”, establece el reglamento.
Tipo de hogar. El hogar beneficiado puede ser un grupo familiar convencional, también personas con discapacidad, parejas jóvenes o adultos mayores sin núcleo familiar.
El bono lo pueden prestar todas las entidades autorizadas por el Banco Hipotecario de la Vivienda pero, por el momento, solo participan dos mutuales.
El Banhvi es el encargado de la fiscalización y el control interno para asegurar que la administración de los recursos de este beneficio social se lleve a cabo de conformidad con la normativa.