Ginebra. EFE. Compañías de Europa, Estados Unidos y Japón compran más que nunca aceite de palma certificado, pero esta demanda todavía es insuficiente, y la mitad de la producción sostenible se queda sin vender, reveló ayer el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Esta organización presentó su última evaluación de la industria de aceite de palma que incluye a 130 grandes distribuidores y productores de bienes de consumo, que hace dos años asumieron públicamente el compromiso de utilizar aceite de palma con un certificado internacional de producción bajo criterios sociales y medioambientales.
El objetivo era que las firmas participantes llegaran al 2015 utilizando únicamente aceite de palma, pero el resultado fue relativamente decepcionante, pues se estableció que del aceite de palma utilizado solo la mitad está certificado.
Con un aumento significativo en los dos últimos años, el suministro de aceite de palma sostenible es hoy de 5 millones de toneladas, el 10% de la producción mundial, de los que solo 2,5 millones se venden.
En su evaluación, el WWF elogia a compañías como Nestlé y Unilever, que muestran un nivel muy alto de cumplimiento en su compromiso de comprarlo certificado.
Otros buenos ejemplos de empresas son Cadbury, Carrefour, Tesco y Morrisons.
El rendimiento por hectárea del aceite de palma supera cualquier otro cultivo, por lo que representa una tercera parte de las 151 millones de toneladas de aceite vegetal producidos cada año en el mundo.
Se calcula que, al ritmo actual, la demanda mundial de aceite de palma alcanzará las 77 millones de toneladas a mediados de siglo, con un posible aumento si se empieza a utilizar como biocombustible.