Organizaciones del sector agrícola expresan su preocupación por la lentitud en la aplicación de un decreto de emergencia hídrica, emitido el 23 de julio pasado, el cual se basó en la reducción de hasta 75% de las lluvias en la época seca pasada, en diferentes zonas del país.
Los grupos agrícolas también temen que se reduzca el beneficio de los programas de asistencia sustentados en ese decreto de emergencia ante los atrasos.
Nils Solórzano, director nacional de Extensión Agropecuaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), explicó que ya se envió a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) un primer bloque de información para sustentar los programas de ayuda a regiones y a productores individuales basados en esa declaratoria de emergencia.
Sin embargo, reconoció, todavía están en recolección de datos en algunos de los cantones incluidos en el decreto de emergencia.
Esa información oficial detalla el impacto, montos de pérdidas, tipos de productos afectados y otros, finca por finca, necesarios para luego elaborar el plan de asistencia y sobre esa base determinar las necesidades de recursos. La CNE establece, sobre ese informe, si hay suficientes recursos o menos de los solicitado para ajustar el programa al monto disponible.
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El decreto de emergencia hídrica se emitió luego de comprobarse una reducción de hasta el 75% de las precipitaciones en comparación con el promedio histórico en regiones como Tierra Blanca de Cartago o Llano Grande de esa misma provincia, y en algunas zonas de Guanacaste.
La declaratoria incluyó todos los cantones de la provincia de Guanacaste, así como algunos de Puntarenas, Alajuela, Cartago y San José. Aparte de toda la provincia guanacasteca, se emitió para Coto Brus, Esparza y el cantón Central de Puntarenas; Upala, Guatuso, Los Chiles y San Carlos de Alajuela; el Cantón Central y Oreamuno de Cartago, así como Puriscal de San José.
En algunos lugares los agricultores y las oficinas regionales del MAG reportaron, a mayo de este año, pérdidas o reducciones de rendimientos de hasta el 75% en cultivos de papa, zanahoria, cebolla y frijoles.
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De menor aprovechamiento
Guido Vargas, secretario general de la Unión Nacional de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Upanacional), explicó que en unas primeras reuniones se dijo que la ayuda se canalizaría hacia obras de prevención para mitigar una nueva sequía en el siguiente verano.
Dentro de esas obras estarían algunas para almacenamiento de agua, como reservorios del líquido y pozos, así como el cultivo de forrajes que permitiría guardar alimento animal para una posible nueva sequía.
Sin embargo, esos proyectos se deberían ejecutar en época de lluvias, periodo que se acabará pronto (en unos dos meses); mientras no se observan acciones al respecto, declaró Vargas.
Solórzano aseguró que están con el mayor esfuerzo, realizando su trabajo, para que precisamente los planes de inversión salgan a tiempo, es decir, que se aproveche la temporada de lluvias con obras y programas de almacenamiento y producción de alimento animal.
Vargas recordó que apenas queda octubre y unos días de noviembre con lluvias y dijo que teme una llegada tarde de las ayudas. “Al menos en 70 lugares del país, donde Upanacional tiene afiliados, no se ha dado ningún programa de asistencia ni se les ha comunicado nada a los productores”, señaló Vargas.
El presidente de la Cámara Nacional de Productores de Papa, Fabián Segura, enfatizó que después de la firma del decreto, a finales de julio, no volvieron a saber nada.
“Como todo en el Gobierno, esta vez también hay atraso. Recuerdo cuando la emergencia por la erupción de cenizas del volcán Turrialba, que se quemó el pasto y las pacas para alimentar animales llegaron entre cuatro y cinco meses después”, detalló Segura.
Juan Rafael Lizano, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), advirtió que no se ha hecho nada concreto basado en la declaratoria de emergencia hídrica. Reconoció que uno de los problemas fue que inmediatamente después de emitirse el decreto las lluvias se normalizaron y llegar al equilibrio con respecto a los promedios históricos, con lo cual la gente se olvidó de esa iniciativa de emergencia.