El Mercurio, Chile, GDA
La evidencia demuestra que, antes de los 30 años, el cerebro ya comienza a reducirse de tamaño y a perder peso. Este cambio causa problemas de funcionamiento en este órgano, lo que se acompaña de un mayor riesgo de enfermedades mentales y problemas neurodegenerativos.
Para hacer frente a esto, los investigadores se han dedicado a identificar cuáles son los factores de riesgo que amenazan al cerebro. Pero se les ha prestado poca atención a los elementos que pueden mejorar su salud.
Ahora, un grupo de científicos de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) demostró que las personas que meditan logran hacer más lento el deterioro de este órgano.
El estudio incluyó a 50 personas que llevaban meditando un promedio de 20 años, y las comparó con otras 50 que no lo hacían. En cada grupo había 28 hombres y 22 mujeres, y la edad promedio de ambos grupos era de 51 años.
El trabajo, que se publica en la revista Frontiers in Psychology, agrega una nueva evidencia de que la meditación sería un potente factor protector del cerebro.
Materia gris. Los investigadores estudiaron los cerebros de los voluntarios usando imágenes de resonancia magnética de última generación. Así pudieron ver que, si bien en todos ellos había una disminución de la sustancia gris que es rica en neuronas, quienes meditaban perdían menos células nerviosas, algo que se observa en todo el cerebro y no solo en algunas zonas.
El doctor Florian Kurth, coautor del estudio y quien trabaja en el Centro de Mapeo Cerebral de la UCLA, dijo que estaban sorprendidos por la magnitud de la diferencia que se observó entre ambos grupos.
"Esperábamos encontrar efectos más pequeños y localizados en regiones que ya sabíamos que se afectan con la meditación", explica Kurth.
"En lugar de eso, lo que en realidad vimos fue un efecto generalizado de la meditación, que abarca distintas zonas a través de todo el cerebro", agrega.
Esto es importante en un mundo que envejece y presenta una creciente carga de problemas cognitivos y demencia.
"A la luz de esto, parece esencial que la mayor expectativa de vida no se produzca al costo de una menor calidad de vida", advierte la doctora Eileen Luders, autora principal del trabajo y profesora asociada de Neurología en la Escuela de Medicina de la UCLA.
Para el doctor Ramón Latorre, profesor y director del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso, del Instituto Científico Milenio, "es claro que la meditación altera la actividad cerebral y hay estudios que nos dicen que este tipo de actividad aumenta el número de conexiones entre las neuronas, disminuye el estrés –que mata células nerviosas– y la presión arterial".
Según este científico, otros estudios también demuestran que hay cambios profundos en el electroencefalograma durante la meditación. Estos cambios incluyen pasar de las ondas beta, que son características de la actividad normal y alerta del cerebro, a las ondas alfa, que son de relajación.
"Incluso otros estudios indican que la meditación puede ser una buena terapia contra la depresión", concluye el doctor Latorre.
Para los autores de este estudio, aunque se confirma nuevamente lo beneficiosa que puede ser la meditación, quedan aún muchas dudas que despejar en futuras investigaciones.Entre ellas los diferentes efectos que podrían tener los distintos tipos de meditación, el tiempo óptimo diario para meditar y la frecuencia con que se debería hacer para alcanzar los efectos deseados.
Fumar y beber. Si bien fumar acelera el envejecimiento del cerebro, al dejar de hacerlo se puede revertir en parte el daño, recuperación que aumenta con los años. Esto según un estudio con 500 escoceses que se publica en la revista Molecular Psychiatry, del grupo Nature. En tanto, una investigación con ratones de la U. AyM de Texas demostró que el resveratrol, sustancia que se encuentra en la piel de las uvas rojas y en el maní, previene el deterioro mental e incluso, podría ser de ayuda a quienes sufren de mal de Alzheimer.