Si los hombres se centran en evitar la eyaculación precoz, la experiencia sexual de la mujer suele ser peor.
Así lo afirma una investigación hecha en la Universidad de Zurich, donde se explica que los hombres -que intentan evitar esa situación- suelen hacer caso omiso de las necesidades sexuales de las mujeres y dejan desatendidos sus deseos.
Los investigadores encuestaron a 1.500 mujeres en México, Italia y Corea del Sur. En el estudio encontraron que no es la corta duración del acto de hacer el amor lo que se considera la principal fuente de frustración sexual por parte de la mayoría de las mujeres, sino el hecho de que se ignoran sus otras necesidades.
Para la mayoría de las mujeres encuestadas, la satisfacción de la sexualidad no se limita al coito, sino que incluye besos, caricias y otras formas de estimulación sexual, que se consideran igual de importantes.
“Si el hombre se preocupa principalmente por evitar la eyaculación precoz, o sea, por su actuación durante el acto sexual, esas otras necesidades son ignoradas”, explica la investigadora Andrea Burri.
Además, si bien la eyaculación precoz es uno de los trastornos sexuales más comunes en los hombres, padecido por uno de cada tres, no sólo ellos son los afectados: este causa un incremento en la tensión psicológica y el estrés de las mujeres, añade el estudio.
Esto puede hacer que finalice una relación romántica que antes era armoniosa.