Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco dio este viernes un paso decisivo para hacer más creíble al Tribunal Penal del Estado de la Ciudad del Vaticano: obispos y cardenales, hasta ahora ultraprotegidos, podrán ser convocados y condenados por esa instancia.
Esta mini revolución del sistema penal de este tribunal del Vaticano —donde ofician magistrados laicos italianos, y no sacerdotes— fue anunciada en un texto firmado por el Papa este viernes, y entrará en vigor el 1 de mayo.
Hasta ahora cardenales y obispos comparecían ante el Tribunal de Casación presidido por un cardenal, ahora se someterán en primera instancia al Tribunal, como todos, aunque para juzgarlos seguirá siendo necesaria la autorización previa del Papa.
Con esta decisión, el Pontífice desea afirmar el principio de igualdad ante la justicia vaticana de todos los miembros de la Iglesia, “sin privilegios que datan del pasado”, según se lee en esta iniciativa del Papa, llamada un “motu proprio”.
Este tribunal de primera instancia era muy criticado por no poder convocar a los más altos miembros de la Iglesia.
Este cambio tan significativo se produce mientras se perfilan varios procesos penales importantes en los próximos meses, que implican a cardenales y obispos que trabajaron en la Secretaria de Estado (gobierno del Vaticano).
Por primera vez podrán ser interrogados por jueces laicos del tribunal penal.
Actualmente se encuentra en curso una compleja investigación sobre la financiación dudosa de un edificio de lujo en Londres, a través de empresarios italianos, con el aval de la Secretaría de Estado papal.
La investigación debe determinar si los altos miembros de la Iglesia cometieron errores de juicio o eventualmente incurrieron en corrupción.