Berlín. El gobierno alemán propuso este miércoles que las elecciones generales para elegir al sucesor de Angela Merkel como canciller se celebren el domingo 26 de setiembre del 2021.
La propuesta hecha durante el consejo de ministros debe aún ser formalmente aprobada por el jefe de Estado alemán, Frank-Walter Steinmeier.
Esta consulta marcará, sea cual sea el resultado, el final de una época en Alemania, con la salida del poder de Merkel, de 66 años, tras una década y media al frente de la cancillería.
Canciller desde el 2005, Merkel anunció a fines del 2018, tras varias derrotas electorales de su partido conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU), que no deseaba presentarse a un quinto mandato.
Tras meses en que su formación política parecía sin rumbo, ahora la canciller disfruta de un índice de popularidad muy elevado. Es elogiada por su buena gestión de la crisis sanitaria, y más de siete sobre 10 alemanes manifiestan estar satisfechos con su gestión.
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En consecuencia su partido, que durante años ha visto como se iba erosionando su base electoral, a recuperado fuerza y encabeza ampliamente los sondeos con un 36% de opiniones favorables.
No obstante, el CDU alemán se encuentra dividido entre una corriente de centro, partidaria de la continuidad, y una vertiente que preconiza un giro hacia la derecha.
El partido nombrará a mediados de enero a su nuevo presidente.
Tres candidatos disputan esta carrera. Dos de ellos son moderados: Armin Laschet, líder de la región más poblada, Renania del Norte-Westfalia, y Norbert Röttgen, un experto en política exterior. El tercero es de una línea más derechista, Friedrich Merz, rival histórico de Merkel.
Todo indica que esta lucha por la presidencia se decidirá entre Laschet y Merz.
El ganador quedará en una buena posición para convertirse en el candidato conservador alemán a la cancillería en las elecciones de setiembre del 2021, pero sin que esto sea una garantía segura.
¿Una sorpresa Verde?
La decisión final sobre el candidato o candidata debe tomarse más tarde, muy probablemente durante la primavera (boreal). Y no se excluye que otro pretendiente acabe siendo elegido: el bávaro Markus Soder, líder del partido hermano de CDU, la Unión Social Cristiana (CSU).
Soder se ha convertido en una de las personalidades más populares en Alemania merced a su gestión de la pandemia en Baviera, considerada eficaz.
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Frente a los conservadores, los socialdemócratas, en la actualidad socios minoritarios en la coalición con Merkel, no logran despegar: en los sondeos están estancados entre el 16% y 17%. Su candidato a la cancillería es el actual ministro de Finanzas, Olaf Scholz, partidario de una línea moderada.
La sorpresa podría llegar de filas ecologistas. Los Verdes, con casi el 20% de la intención de voto, se han convertido en socios imprescindibles en el panorama político alemán, participando en once de los dieciséis gobiernos regionales, compartiendo el poder, según cada caso, con la izquierda o la derecha.
Los Verdes no han cerrado por el momento la puerta a una posible futura coalición con los conservadores a nivel nacional, algo que podría haber ocurrido en el 2017 pero fracasó ante la falta de un acuerdo con los liberales, por entonces el tercer socio necesario para lograr la mayoría.
Las negociaciones para formar el anterior gobierno se complicaron por la irrupción de un nuevo actor en la escena nacional, el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) que, con el 13% de los votos, logró una histórica entrada al Parlamento (Bundestag).
Actualmente, las encuestas le atribuyen alrededor del 10% de los votos, una caída que podría facilitar las negociaciones para formar un gobierno con una mayoría estable.