Pretoria. El expresidente sudafricano Jacob Zuma, condenado a 15 meses de cárcel, rechazó entregarse a las autoridades este domingo, a pocas horas de que venciera el plazo que le impuso la justicia.
“No tengo ninguna necesidad de ir a la cárcel hoy”, declaró Zuma, riendo, durante una rueda de prensa en la localidad de Nkandla, en la provincia de Kwazulu-Natal.
El exmandatario fue condenado el martes a 15 meses de prisión por la Corte Constitucional, por haberse negado a declarar en varias ocasiones en el marco de unas investigaciones por corrupción del Estado.
Zuma solo compareció una vez ante la comisión de investigación y ha ignorado numerosas convocaciones posteriores, argumentando razones médicas o que estaba preparando su defensa para otros casos.
El exmandatario, de 79 años, se enfrenta a varios cargos de fraude, corrupción y crimen organizado, relacionados con la compra, en 1999, de equipamiento militar a cinco empresas europeas de armamento, cuando era vicepresidente del país.
El expresidente dirigió el país entre 2009 y 2018 y se vio obligado a renunciar tras una serie de escándalos.
LEA MÁS: El partido oficialista de Sudáfrica decide salida del presidente Jacob Zuma
El sábado, la Corte aceptó una petición del político para que se revise su fallo —una maniobra para evitar ser encarcelado—, al menos hasta que se celebre una nueva audiencia, prevista el 12 de julio.
"No pueden aceptar los papeles y esperar que yo me presente en la cárcel", lanzó Zuma. Tiene de plazo hasta este domingo por la noche para entregarse en alguna comisaría y, si no lo hace, la policía tiene órdenes de detenerlo en tres días como máximo y llevarlo a prisión.
Técnicamente, esa nueva audiencia no suspende el veredicto de la Corte Constitucional, que no puede recurrirse, según expertos en derecho constitucional.
“Enviar a alguien a prisión sin proceso es una parodia de la justicia”, declaró Zuma. “Enviarme a la cárcel en el punto máximo de una pandemia, a mi edad, equivale a condenarme a muerte”, añadió.