Seguramente usted ha escuchado en alguna ocasión a alguien mencionar que el mercado cayó o subió, lo cual intuitivamente indica que los precios de los instrumentos aumentan o disminuyen. Sin embargo, lo que está detrás de esa afirmación en realidad son indicadores cuantitativos que se mueven de acuerdo con las condiciones de mercado.
Un índice es un indicador numérico que se construye para medir el comportamiento de una variable, usualmente a lo largo del tiempo. En el caso de los índices bursátiles, la gran mayoría de estos se construye para reflejar el comportamiento de los precios de múltiples instrumentos financieros, que tienen uno o varios factores en común, como acciones, bonos, materias primas y bienes raíces. La ventaja que poseen es la capacidad de resumir información de manera rápida; funcionando como una referencia del comportamiento de un mercado general, una parte de ese mercado, un sector, o una industria.
¿Cómo se construye un índice bursátil?
Lo primero es analizar cuáles son los precios que se busca monitorear, y seleccionar los instrumentos financieros que representan ese grupo de precios. Por ejemplo, si quiere construir un índice que resuma el comportamiento de precio de las acciones de empresas de alimentos, se buscarán las acciones de empresas que estén exclusivamente en ese sector y que lo representen adecuadamente. Posteriormente, se recolectan los precios históricos de esas acciones, desde un mes o año definido. Finalmente, se define el método de cálculo del índice, que usualmente son dos: de manera simple o ponderada.
Los índices simples son un promedio simple de precios; es decir, el resultado de sumar los precios de todas las acciones que componen el índice, y dividirlo por el número de acciones. La ventaja de estos índices es la facilidad de cálculo, mientras que su desventaja es que todos sus componentes afectan al índice de la misma manera porque pesan lo mismo dentro de este.
Los índices ponderados utilizan un promedio ponderado de precios. Esto significa tomar en cuenta el peso del instrumento dentro del índice para promediar. Usualmente ese peso se refiere al tamaño de la empresa, medido por sus ingresos, ganancias, y su capitalización de mercado (valor de mercado del patrimonio de los accionistas de esa compañía). Su principal ventaja es que estos índices si toman en cuenta la importancia relativa de cada compañía dentro del índice —al contrario de los índices simples—; sin embargo, es más complejo de calcular.
Ya conociendo los tipos de índices por su manera de cálculo, su función y construcción, podemos mencionar algunos índices importantes dentro del ámbito bursátil.
En el mercado accionario de los Estados Unidos (EE.UU) hay tres muy conocidos. El primero es el Dow Jones Industrial Average, que refleja el comportamiento de 30 empresas de alta reputación y capitalización de EE.UU. El segundo es el Nasdaq Composite, un índice que muestra la evolución del precio de casi todas las empresas del mercado electrónico de Nasdaq, principalmente de energía y telecomunicaciones. El último, y más relevante, es el S&P5OO, que sigue a las 500 empresas más grandes de la bolsa de valores de Nueva York; su importancia radica en que, al seguir empresas de diversos sectores, se le considera un buen termómetro del mercado accionario estadounidense.
Con respecto a los bonos, hay dos muy importantes: el Bloomberg US Aggregate, que mide el comportamiento de los precios de bonos de mediano plazo de alta calidad (lo que, en renta fija, se llama grado de inversión) dentro de EE.UU. El otro es su hermano, el Bloomberg Global Aggregate, que mide los precios de bonos de alta calidad, pero a nivel global.
En conclusión, los índices bursátiles nos ayudan a entender de manera rápida cómo le ha ido a un mercado o sector de la economía dentro de los mercados de valores, y son referencia obligatoria para cualquiera que quiera conocer más sobre este apasionante mundo.