En solo 40 años, la pesca de arrastre ha logrado modificar el relieve del fondo marino, ya que el “arado” reiterativo también desplaza grandes cantidades de sedimentos y esto altera la morfología original que termina por verse más plana.
Así lo constató un estudio de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Barcelona, el cual fue publicado en la revista Nature .
La pesca de arrastre consiste en el empleo de una red lastrada que va “barriendo” el fondo marino y todo lo que hay en él.
“Con el paso de las artes de pesca, los sedimentos superficiales se levantan con facilidad y tienden a desplazarse en suspensión a favor de la pendiente. Se forman así, una y otra vez, avalanchas de fango y nubes turbulentas cargadas de sedimento que se desplazan desde los caladeros hacia sectores situados a mayor profundidad, contribuyendo a la erosión y al remodelado de grandes extensiones”, explicó Pere Puig, investigador del CSIC.
La pérdida de relieve en el fondo puede provocar la pérdida de hábitat para diversidad de especies.