Anunciar un terremoto en Nicoya le hizo acreedor de numerosas críticas (y ofensas) en los últimos años. Hoy, las previsiones de Marino Protti podrían estar a punto de ser confirmadas. Está satisfecho, pero no se vanagloria.
Usted tiene dos décadas analizando lo que pasa en Nicoya. ¿Sintió respaldo de la comunidad científica?
La respuesta de la comunidad científica internacional siempre fue muy buena, y por ella es que pudimos obtener instrumentación, equipos y financiamiento para realizar la investigación. Todos los instrumentos que hay en la península de Nicoya vienen como consecuencia de ese apoyo que recibimos de la comunidad internacional, de Japón y de Estados Unidos. Ellos nos facilitaron instrumentos y han publicado con nosotros.
”No tuvimos el mismo apoyo de la comunidad científica nacional. Hubo un momento en que se nos criticó muy fuertemente, pero eso no detuvo en ningún momento nuestro trabajo de instrumentación, precisamente porque nosotros sí teníamos los datos para hacer las estimaciones, y los que criticaron no tenían esos datos. Entonces, era más inacertada la crítica sin datos que una evaluación de potencial sísmico con datos”.
¿Qué se le señalaba que estaba mal hecho en su trabajo?
Hay algunos que manejan el concepto de que los sismos deben ocurrir espontáneamente, que los sismos no avisan. Los sismos sí avisan. El proceso de acumulación de esfuerzos se puede ver, y nosotros lo hemos venido documentando por 15 años. Se ve, se puede demostrar, se puede documentar, se puede cuantificar... lo que no podemos hacer es dar una fecha.
Eso sería una predicción.
Sí, pero nosotros nunca hicimos una predicción, hicimos evaluación del potencial sísmico. Nosotros teníamos una muy buena idea del tamaño de la falla, la región donde iba a ocurrir el terremoto y de qué tamaño iba a ser, y eso fue lo que acertamos. Nunca hablamos de fechas y, por eso, nunca fue una predicción. Sin embargo, los que nos criticaron tal vez difícilmente comprenden los procesos tectónicos y no podían realmente entender cómo nosotros estábamos haciendo el trabajo, y creían que esto era un resultado que salía de una bola de cristal, pero esto no era así.
Es probable que se haya cumplido la previsión en la que usted lleva trabajando 20 años y, sin embargo, lo noto muy tranquilo.
La ocurrencia de un terremoto causa dolor, causa pérdidas a la gente. Por más satisfacción científica que dé, esto causa dolor, uno no puede estar contento en estas situaciones.
Y ¿científicamente hablando?
Es un logro científico, pero eso pasa a ser intrascendental desde el punto de vista humano. Uno no tiene por qué vanagloriarse de una situación de estas que ha causado tanto dolor a la gente. Más adelante veremos qué resultados científicos extraemos de esto y la importancia de la información para hacer predicción sísmica. Yo creo que la predicción sísmica es posible en el futuro. Vamos a necesitar muchos años más de registro y no vamos a poder predecir todos los terremotos, pero habrá algunos terremotos que sí va a ser posible predecir, y eso va a probar que el cuento este de que los terremotos no se pueden predecir, no es cierto. Los terremotos se podrán llegar a predecir, vamos por buen camino. Eventualmente, lo lograremos con algunos eventos, quizás no me toque a mí, pero el trabajo mío en estos momentos es recoger los datos y la información para que en el futuro esa predicción sea útil.