Imagínese estar encerrado en una cápsula junto a otras tres personas durante más de 500 días.
Eso es lo que enfrentarían los astronautas, de concretarse una misión tripulada a Marte.
“Más allá de lo técnico, el reto es emocional”, comentó Adele Luta, física y controladora de vuelo de la agencia espacial estadounidense (NASA). Luta trabaja en el grupo de actividades extravehiculares (EVA), equipo encargado de las caminatas espaciales de los transbordadores y la
Con motivo de su visita al país, Luta concedió una entrevista a
La ISS siempre va a necesitar reparaciones y, además, hay que darle mantenimiento a los vehículos que se acoplan a esta. Uno de ellos será la nave Dragon, y, de ser necesario, se haría una caminata espacial para ayudarla a acoplarse.
”Así que, ante la ausencia de los transbordadores, las caminatas son las que mantienen a la ISS en funcionamiento”.
Las caminatas van a ser diferentes. Los nuevos trajes que se están desarrollando para la Luna permitirán a los astronautas tener más flexibilidad. Van a poder mover sus caderas, arrodillarse, levantarse y darse la vuelta. Las próximas caminatas lunares van a verse como una caminata más normal.
Hay un grupo en la NASA que siempre trabaja en el tema de los trajes, y esto lo hace muy de cerca con cuatro universidades que tienen sus programas de investigación en la materia, así como con dos compañías.
”Una de estas compañías se especializa en ingeniería oceánica y desarrolla los trajes para buzos de profundidad que realizan las reparaciones de las fugas de petróleo en el mar.
”Vamos a ver qué nuevas ideas traen porque ellos suelen experimentar con nuevos materiales. Así que creo que esta es una buena combinación para la creación de nuevos trajes, dada la experiencia que tienen bajo el agua”.
Hay dos elementos y uno de ellos es el diseño. En la Luna el polvo tiene carga eléctrica. Entonces, a un panel solar, un traje espacial o cualquier cosa que tenga electricidad, se le va a pegar. El polvo no es bueno ni para los instrumentos mecánicos ni para las personas, y, por eso, se está trabajando en ver cómo quitarlo. Incluso, se ha pensado en un tipo de cuarto donde la persona entre y se le quite el polvo de encima antes de entrar a la estación.
”En Marte, y es el segundo reto, tenemos que lidiar además con el desfase en las comunicaciones y ese es un asunto meramente operativo. Actualmente, durante las caminatas espaciales, los astronautas y los controladores se comunican constantemente para dar instrucciones sobre el procedimiento a seguir. Los astronautas llevan consigo unas anotaciones en su brazo, pero no el paso a paso. Somos los controladores quienes vamos diciéndoselo.
”En Marte, esa comunicación tendría un desfase muy grande. Eso nos implicará cambiar la forma en que hacemos las caminatas espaciales. Tenemos que ver si se les da los procedimientos, ya sea que los lleven consigo o darles un panorama general y ellos nos llamarán si hay problemas. Claro, esto tomando en cuenta el desfase en las comunicaciones. En fin, será un cambio de paradigma”.
Precisamente estoy leyendo un libro sobre el tema. Hay todo un debate sobre la psicología de los equipos y cómo se conforman. En la ISS, los equipos son de corta duración, pero en Marte se va a requerir que las personas estén juntas por más tiempo y a esto se suma el desarraigo. ¿Enviamos a personas con familia o a militares? Esa es una de tantas preguntas.
”Físicamente, los astronautas deberán estar en buena condición, pero eso es lo mismo que se requiere ahora para la ISS. Creo que, en Marte, la parte emocional va a ser verdaderamente importante porque serán personas que deberán trabajar en equipo y permanecer juntas por largo tiempo.
”Y no hay forma de saber si ese equipo que se armó va a funcionar, no hay forma de probarlo antes porque las condiciones en el espacio son muy diferentes de lo que se vive en los polos, los submarinos o cualquier otro sitio”.