Columnistas

Fabulaciones reales

La sociedad costarricense ha ido perdiendo algo esencial para el funcionamiento de la democracia

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Vivo en una realidad esquizoide. Hace unos meses mi país era la economía jaguar que, con su potencia, no tenía parangón entre los países emergentes. Hoy, resulta que no hay plata para pagar policías y recortamos diseños de obras de infraestructura en marcha porque, ¡diay!, falta el “camay”. De feria, el jaguar pereció de muerte natural, el martes, en la Sala Cuarta, pero eso ya tampoco importa porque ahora vamos con todo por la fundación de la III República. ¿En qué debo creer: en la vida y muerte del jaguar, en la ineludible necesidad de una nueva república? ¿Somos una democracia, una oligarquía, una tiranía? ¿Será que todo es cierto, pero al mismo tiempo no lo es, o será cierto quizá por ciclos de 18 o 24 horas?








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