¿Qué les pareció la última victoria de Saprissa? Creo que la pregunta sobra; simplemente el cuadro morado ganó, goleó, gustó y bailó en el clásico. Eso es un golpe de autoridad, fue ubicar al rival, recordarle que aunque fuera el superlíder, invicto en 27 fechas, le faltaba pasar por la “Cueva”. Ahí es un martirio para los manudos. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas, los fríos números que no se equivocan.
Los rojinegros suman 11 partidos sin ganar en el estadio Ricardo Saprissa, donde el conjunto morado acumula ocho victorias y solo ha cedido tres empates. En los últimos 30 enfrentamientos en la “Cueva”, Saprissa tiene 19 victorias frente a cinco de Alajuelense y seis empates. Por si fuera poco, Saprissa ya le saca 33 triunfos a su archirrival en 356 duelos entre ambos en la historia.
Entonces, a los de la acera de enfrente no les queda otra que bajar la mirada, responder aturdidos y vivir con la esperanza de que en el siguiente encuentro se sacudirán el polvo. Pero bueno... hablemos de un Saprissa que crece de la mano de su capitán, quien no solo sube el nivel, sino que les recuerda a quienes quieren retirarlo que están equivocados.
Y es que hay gente que dice que a Mariano Torres le pesan los años (tiene 37), que no corre, que la recuperación luego de jugar 90 minutos es más lenta para él y que el dolor en las articulaciones lo está acabando. Suave, un momento; a quienes venden humo, ¿cómo Mariano, a quien muchos ven terminado, culmina el clásico no solo como el mejor jugador de Saprissa, sino del partido, mejor que cualquiera de los 16 que puso el rival (incluidos los cambios)? Yo vi a alguien caminando, sin poder tocar la bola, casi rogando que lo dejaran volver a la banca porque las piernas no le daban y el dolor lo mataba. Pero bueno, ya dije, no me meto con los de la calle ancha.
Y Mariano simplemente montó el show y lo coronó con un efectivo cobro desde el punto de penal para el 3-0. Mariano corrió, marcó, asistió, anotó, se lució con algunas fintas y hasta intentó montar el contragolpe. ¿Para qué más? Más sería gula.
Vamos con Saprissa. Desde que José Giacone asumió como entrenador, el equipo jugó seis partidos bajo su mando: cuatro de campeonato y dos contra Comunicaciones de Guatemala. Desde el primero de visita ante Guanacasteca, Saprissa ha elevado el nivel. Ha mejorado en dos aspectos: tiene más seguridad en la defensa (ya no le anotan tanto) y busca aprovechar las opciones de gol que crea. En los últimos dos partidos se despachó con seis goles y solo permitió uno. Saprissa es un equipo que presiona más, ya no deja que los rivales lo ataquen y busquen meterlo en su arco. Ahora es el Saprissa que presiona y hace mucho daño por los costados con la velocidad de Joseph Mora y, sobre todo, con la de Luis Díaz, quien es simplemente imparable. No hay adversario que le corra hombro a hombro en un pique, y Díaz saca mucho provecho de sus condiciones.
Otro aspecto en el que el cuadro tibaseño se siente a gusto es el mediocampo, donde el triángulo formado por Jefferson Brenes, Mariano Torres y David Guzmán no solo crea fútbol y se defiende, sino que es el equilibrio para la defensa y la ofensiva.
El resto en el crecimiento futbolístico de la “S” no solo es que Mariano ande bien, sino que Giacone ha demostrado que sabe; estudia a los rivales y a sus muchachos les pide que corran, que dobleguen esfuerzos, que se maten en la cancha. En el fútbol cualquier cosa puede pasar; lo peor es creer que se ganó algo cuando no se ha logrado nada, pero si Saprissa sigue así: corriendo, metiendo, dejando alma, vida y corazón, que se cuiden en semifinales. Ya sabemos lo que pasa en estas instancias.