Washington. AFP. Las cucarachas comen cualquier cosa, excepto azúcar. Estos insectos han evolucionado para aprender cómo detectar y evitar un cierto tipo de glucosa que se encuentra a menudo en las trampas para matarlas, publicó un estudio en la revista Science .
Los científicos se centraron en las pequeñas y delgadas cucarachas alemanas, que viven en hogares, oficinas y apartamentos de todo el mundo, en cualquier lugar por donde pisan los humanos y dejan migas tras de sí.
Ya se había observado un aparente desprecio por las trampas con dulce en algunos de estos tipos de cucarachas a comienzos de los años 1990, unos siete u ocho años antes de que las trampas comerciales que utilizan glucosa se multiplicaran en el mercado, afirmó el investigador Coby Shcal, de la Universidad estatal de Carolina del Norte (este de EE. UU.).
Las cucarachas evolucionaron rápidamente, notaron los científicos, que observaron el nacimiento de nuevas generaciones que heredaban una aversión genética a la glucosa.
Y ahora, Schal y sus colegas entienden bien por qué. Las cucarachas con aversión a la glucosa utilizan pequeños pelos para probar la comida y la rechazan si contiene, porque para ellas tiene un sabor amargo y no dulce.
“Se echan para atrás como si recibieran una descarga eléctrica. Es un comportamiento muy, muy, muy claro. Simplemente rechazan de forma absoluta ingerirlo”, dijo Schal, profesor de Entomología.
“Es parecido a si uno pone algo muy amargo o muy agrio en su boca y quiere escupirlo inmediatamente”, explicó.
Schal afirma que esta evolución se produjo increíblemente rápido.
Es difícil saber qué porcentaje de cucarachas pasaron a tener aversión a la glucosa. En su estudio, Schal y sus colegas realizaron experimentos con cucarachas en Estados Unidos, Rusia, Puerto Rico y Corea del Sur.