La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) analizó la imposición de aranceles anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al día siguiente del primer anuncio.
Así consta en el acta de la sesión 6248-2025, realizada el jueves 3 de abril y publicada en el sitio web del Banco Central el martes 22. La reunión se realizó después del denominado “Día de la Liberación”, por lo que no contempló los eventos posteriores de aumentos en impuestos, especialmente a China, y la reciente suspensión por 90 días.
Tras el anuncio inicial, el presidente estadounidense comunicó una “pausa” de 90 días en la aplicación de los aranceles que entrarían a regir el 9 de abril, dirigidos a países con tasas arancelarias superiores al 10%.
La medida se aplicó a todos los países, con excepción de China (145%), nación con la que recrudeció la guerra comercial. Como medida alternativa, anunció la aplicación de una tasa universal del 10 % para todos durante los 90 días de pausa.
En el caso de Costa Rica, con la “pausa” anunciada por Trump no hubo ningún cambio, ya que el arancel del 10% se mantiene vigente, según confirmó el 10 de abril el jerarca del Ministerio de Comercio Exterior (Comex), Manuel Tovar.
Argumentos de directivos
Juan Robalino Herrera, directivo del Banco Central, señaló que una variable clave en el tema arancelario es “el cambio en el flujo de dólares” que podría generar la política del presidente estadounidense y su eventual impacto sobre el tipo de cambio.
“Entonces, es importante que modelen esa variable (flujo de dólares), específicamente, para entender las implicaciones sobre el tipo de cambio”, comentó Robalino Herrera en su intervención en la sesión.
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Max Soto Jiménez, directivo del Banco Central, subrayó la necesidad de que el BCCR realice evaluaciones sobre los posibles efectos de los aranceles en la economía costarricense.
“En algunos casos, pueden provocar movimientos de capital y relocalización de empresas, en fin, muchas consecuencias que pueden darse y que sería bueno, por lo menos, estar preparados con la información de alguna evaluación, aunque sea gruesa, de los efectos que puede haber en la economía costarricense y que pueden llegar a afectar la política monetaria”, expresó Soto Jiménez.
El directivo también instó a valorar las acciones de política que implementen otros países, ya que “pueden provocar desviaciones de comercio que podrían, eventualmente también, favorecer a Costa Rica”.
“(...) me parece que el Banco Central debe ir afinando más las estimaciones, las consecuencias, y la Junta Directiva, valorar las medidas de política, si es que se considera que alguna es procedente”, externó Soto Jiménez.
El directivo también señaló que el sector de implementos médicos podría verse afectado, pero indicó que habría que estimar la elasticidad de esos bienes y los competidores que tiene Costa Rica en esos productos específicos. Añadió que, en caso de gravarse los servicios, las consecuencias para el país “podrían ser mucho mayores”.
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El pasado 10 de abril, el Banco Central dijo que prevé un menor crecimiento económico este año debido a la incertidumbre generada por las políticas comerciales de Estados Unidos.
Róger Madrigal, presidente del Banco Central, confirmó que las estimaciones iniciales prevén una merma de 0,4-0,6 puntos en el aumento de la producción nacional para 2025, en comparación a enero. Preliminarmente se estima entre 3,5% y 3,7%.
Marta Soto Bolaños, vicepresidente de la Junta Directiva, encabezó esta sesión debido a que Madrigal, jerarca del BCCR, no asistió porque participaba en un seminario.