En estos días se colocaron vallas en concurridas vías de comunicación pidiendo la renuncia de dos presidentes de supremos poderes, la contralora general de la República y el fiscal general. Luego de una gran presión pública, se supo que fueron financiadas por un empresario turístico, vecino de Quepos. Acciones como estas no eran comunes en nuestro país.
La Constitución Política es muy clara en el derecho de todos los ciudadanos a la libre expresión de sus opiniones e ideas, y a la imposibilidad de la censura previa. Sin duda, como costarricense, soy fiel defensora de la máxima democrática atribuida a Voltaire: “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”.
No obstante, esta libertad mal usada acarrea responsabilidades civiles y penales, o ambas. Por ello, en los medios de comunicación no es posible publicar un campo pagado sin que exista una firma responsable debidamente corroborada. Viendo la historia de las citadas vallas, es conveniente que el mismo principio se aplique a algo tan llamativo como una valla publicitaria.
En este caso, se utilizan fotos de personas que no otorgaron autorización para el uso de su imagen. Bien podría argumentarse que, por sus posiciones públicas, no se requiere, pero puede haber casos en los que esa condición sea discutible y, por ello, es necesario conocer a los responsables.
Por otra parte, surge la pregunta sobre la conveniencia de normalizar estas acciones, dado que no se trata de cualquier persona: son líderes de dos poderes de la República, la jerarca del órgano de fiscalización del peculio público y la persona encargada de investigar y acusar penalmente a los ciudadanos.
En un futuro, podría atacarse a los jueces que juzguen un sonado caso de narcotráfico o de corrupción para deslegitimar el fallo en beneficio de acusados inescrupulosos, máxime que quienes andan en esas lides siempre tienen recursos para hacerlo.
En síntesis, abogo por establecer la obligación de las empresas de publicidad de llevar registros públicos de quienes contratan la colocación de mensajes, y así sabremos quién está detrás de una campaña. Además, abogo por no cambiar la discusión pública por propaganda vacía.
nmarin@alvarezymarin.com
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