La gentrificación es el desplazamiento de los habitantes originarios de un barrio o ciudad por causa de la inversión inmobiliaria y la llegada de nuevos residentes con mayores ingresos. Así lo explicó National Geographic citando a la iniciativa Urban Displacement Project.
El ingreso de los nuevos habitantes con alto poder adquisitivo genera un encarecimiento en el costo de la tierra, la vivienda y la vida, haciendo que los precios se disparen a niveles elevados que son imposibles de pagar para los locales, obligándolos a emigrar a otros puntos, lo que conlleva cambios económicos, democráticos, educativos y hasta raciales.
Un artículo del diario El País de España también describió la gentrificación como el proceso de expulsión de los vecinos de un barrio, quienes son desplazados por otros de mayor capacidad económica.
El reportaje precisa que el término lo definió la socióloga Ruth Glass en Inglaterra, en la década de los 60. Mejoras urbanas del espacio público aumentan el precio de la vivienda, lo que desata dinámicas residenciales inesperadas.
El País detalla que existe otro concepto llamado turistificación, el cual consiste en la gentrificación de los vecindarios producto del turismo masivo.
En Barcelona, España, los residentes locales denuncian que el turismo masivo produce que los propietarios de viviendas prefieran destinar sus inmuebles al hospedaje de turistas, a fin de obtener un mayor provecho económico, pero esto dispara los precios de los alquileres y los torna de muy difícil acceso para los habitantes permanentes.
De hecho, en el verano del 2024, hubo protestas contra los turistas donde miles de catalanes salieron a manifestarse. Los locales reclaman que el uso de plataformas como Airbnb ofrecen pisos para alquiler vacacional, lo que impide que los apartamentos sean habitados, elevando los precios de la vivienda.
El fenómeno también se ha extendido a otras partes de la región de Cataluña. En noviembre del 2024, un trabajo publicado por El País denunció que el alquiler en los Pirineos catalanes se había disparado a precios nunca vistos producto de la llegada masiva de turistas y establecimiento de segundas residencias vacacionales. De acuerdo con la publicación, en algunos municipios los pisos turísticos se habían cuadruplicado en los últimos ocho años.
Un reportaje especial del New York Times, publicado en el 2015, alertaba del crecimiento del fenómeno en barrios de Brooklyn, donde los habitantes fueron desplazados por el aumento desproporcionado de los alquileres y el acoso de los propietarios, que se negaban a realizar reparaciones o desalojaban los inquilinos para rentar las viviendas a personas con ingresos más altos.
La investigación encontró que, entre el 2000 y el 2010, los vecindarios Crown Heights, Flatbush y Prospect-Lefferts Gardens, todas áreas con grandes poblaciones de inmigrantes antillanos, perdieron cada uno entre el 10 y el 14 por ciento de su población negra, según un análisis del censo del 2010 publicado por el Departamento de Planificación Urbana.
En Brooklyn, los negocios también fueron reformados, según la publicación del diario neoyorquino. Los famosos restaurantes de pollo frito de los vecindarios se transformaron en modernos bares de cócteles.
Gentrificación en Costa Rica
El 17 de enero del 2025, se produjo una protesta contra la gentrificación en Costa Rica. El evento se desarrolló en las afueras de la Asamblea Legislativa. Los manifestantes denunciaron que el fenómeno está presente principalmente en las playas de Guanacaste.
Según dijeron, las tierras están siendo vendidas a extranjeros y los habitantes originales están perdiendo sus propiedades, incluso en procesos judiciales.
LEA MÁS: Bad Bunny y la gentrificación
María Grijalba, guanacasteca vecina de playa Pelada, en Bocas de Nosara, dijo que, desde Ostional hasta Punta Guiones, hay tres comunidades que necesitan apoyo para no perder sus tierras y poder vivir dignamente.
Añadieron que el fenómeno produce falta de empleos, porque los dueños de comercios solo contratan extranjeros que laboran en situación irregular, sin los permisos debidos, además de que no hay escuelas, sino solo centros privados en los que solamente se habla inglés.
Según una publicación realiza por El Financiero, en el Pacífico norte de Costa Rica este fenómeno ha desplazado a personas de sus tierras y está cambiando el modo de vida de los habitantes. El cambio se inició producto del desarrollo inmobiliario y turístico, que inyectó millones de dólares.
La publicación señala que el crecimiento de la gentrificación se concentra en sitios específicos promovidos como “paraísos naturales” para atraer turismo intensivo y de lujo. Entre estos, se encuentran las comunidades costeros de Nosara, Tamarindo, Sardinal, Cabo Velas, Sámara y Nacascolo.
Según el reporte, en el cantón de Santa Cruz es posible encontrar propiedades de lujo comercializadas por agencias de bienes raíces, con precios que oscilan entre los $2 millones y los $10 millones. Por otro lado, en la misma zona, se ofrecen opciones más modestas, como pequeños cuartos de madera sin cielorraso, disponibles en Airbnb por $1.500 mensuales.
Sin embargo, el precio aumenta significativamente con el lujo y la exclusividad. Un ejemplo es una residencia en Flamingo, equipada con piscina, bar y capacidad para 10 personas, cuyo alquiler mensual puede alcanzar los $20.000 en la misma plataforma.
LEA MÁS: Guanacastecos alzan la voz contra la gentrificación en Costa Rica: ‘Nos están desplazando’
Recientemente, el cantante puertorriqueño Bad Bunny lanzó su nuevo álbum, en el que aborda el tema de la gentrificación en varias de sus canciones. Una de ellas, titulada Lo que pasó a Hawái, denuncia cómo turistas y extranjeros buscan apoderarse de Puerto Rico. En el tema, el artista hace un llamado a evitar que, en la isla, ocurra lo mismo que en Hawái, donde los pobladores autóctonos y su cultura fueron desplazados para dar paso a megadesarrollos turísticos construidos para atraer inquilinos con altos ingresos y poder adquisitivo.
LEA MÁS: Bad Bunny lanza álbum con cortometraje sobre la gentrificación