¿Tiene un crédito en colones en un banco privado y percibió que su cuota se ajustó más rápido hacia abajo en los últimos años? O, por el contrario, ¿es deudor en un banco público y sintió que su cuota no varió demasiado? El Banco Central de Costa Rica (BCCR) investigó este fenómeno en su más reciente Informe de Política Monetaria (IPM).
La tasa activa negociada (TAN), que es un promedio de lo que pagan los deudores por sus créditos en colones, reacciona con mayor intensidad a los cambios en la tasa de política monetaria (TPM) en los bancos privados que en los públicos.
Así se desprende del más reciente IPM, publicado el 31 de enero por el Banco Central, en el que se analizó la reacción de las tasas de interés activas a los ajustes realizados en la TPM. El traslado -tanto al alza como a la baja- es mayor en la banca privada.
El Banco Central determinó la transmisión de la política monetaria a las tasas activas del mercado. La TPM es la herramienta que utiliza el ente emisor para influir en los tipos en colones. Si la sube, se encarecen los préstamos; si la baja, el efecto es opuesto.
En promedio, por cada movimiento de 1 punto porcentual (p. p.) en la TPM se traslada a las tasas de la banca privada en 0,79 puntos y en 0,27 puntos en los públicos. La dinámica se repite en todos los segmentos, a excepción de construcción y otras actividades.
Esto significa que los deudores con créditos en colones en bancos privados, que no sean de estos dos grupos, enfrentan ajustes de mayor magnitud, tanto al alza como a la baja, que en bancos estatales.
Amedeo Gaggion, director de Finanzas (CFO) y regional de Tesorería de Scotiabank, dijo que es normal que las tasas de interés de sus operaciones, tanto de crédito como de ahorro, reaccionen directamente según las condiciones del mercado. Descartó que influya el hecho de que una buena parte de su negocio sea en dólares.
José Antonio Vásquez, director corporativo de Finanzas del Banco Nacional, manifestó que, en el caso específico de la entidad, se establecieron topes al incremento de las tasas activas de ciertos productos cuando se dio el aumento significativo en la TPM, lo cual derivó en un incremento en los intereses locales.
Vásquez añadió que cuando las tasas empezaron a revertirse, esos aumentos que no se dieron previamente tampoco se ajustaron a la baja, lo que puede explicar parte de la diferencia en la dinámica de traslado.
Otro factor señalado por Vásquez es que la banca pública participa más en los programas de banca para el desarrollo, cuyas tasas están reguladas por ley, lo que reduce su sensibilidad a cambios abruptos en las tasas de referencia.
En el Banco de Costa Rica (BCR) explicaron que en la transmisión de la TPM hacia tasas activas también deben considerarse diferencias entre los bancos en relación con el plazo al vencimiento de las captaciones realizadas en el pasado y su afectación en el costo de fondeo de las entidades.
Asimismo, el BCR indicó que deben valorarse las primas de riesgo asignadas a clientes en diferentes temporalidades, así como las metodologías de cálculo para las tasas activas que aplique cada entidad bancaria.
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En la banca privada, las tasas de crédito en sectores como agricultura, transporte e industria reflejan un mayor ajuste que en construcción o turismo.
Por su parte, en la banca pública, en actividades vinculadas al sector de transporte, construcción, agricultura e industria las tasas tienen ajustes mayores en comparación con los créditos en el comercio o las actividades inmobiliarias.
El ente emisor concluyó que el traspaso de la TPM hacia las tasas de interés activas es “incompleto y heterogéneo” entre actividades económicas. En promedio, la transmisión es de 0,5 p. p. por cada 1 p. p. de cambio en la TPM y se completa en aproximadamente 16 semanas (cuatro meses).
“Si el Banco sube la tasa un punto (porcentual), al sistema se transmite la mitad. O si la baja en 100 puntos (básicos), lo que se transmiten son 50 puntos (al mercado)”, explicó Róger Madrigal, presidente del Banco Central.
A nivel general, en la TBP solo se trasladan 0,40 p. p. por cada punto que se ajusta la TPM, con una velocidad de tres semanas, mientras que la TAN se ajusta en 0,49 p. p. en cuestión de 16 semanas.
El estudio analizó el impacto de los ajustes en la TPM en las tasas activas entre 2018 y 2024. Este lapso se caracterizó por periodos en los que el indicador de referencia se redujo y también por fuertes aumentos para contrarrestar la inflación.
A finales de 2019 comenzó un proceso de flexibilización de la política monetaria, que se profundizó durante 2020 por la pandemia. Posteriormente, a partir de los últimos meses de 2021 y durante 2022, el ente emisor incrementó la TPM de manera acelerada debido a la alta inflación.
Luego, desde marzo de 2023 hasta la actualidad, el Banco Central relajó su política monetaria y la redujo en 5 p. p., pasado de 9% a 4%.
Asimetría
El análisis también determinó que la transmisión de la TPM hacia las tasas activas del mercado es asimétrica, debido a que es menor ante reducciones del indicador de referencia que ante los aumentos.
Es decir, las entidades tienden a subir las tasas de sus deudores con mayor rapidez que a reducirlas. Además, la velocidad de la transmisión es mayor ante aumentos en la TPM que ante reducciones.
Por ejemplo, cuando la TPM incrementó entre 2021 y 2023, el ajuste en la TAN y la tasa básica pasiva (TBP), principal referencia de créditos en colones, fue de 0,52 p. p. y 0,44, respectivamente, por cada 1 p. p. de ajuste en la política monetaria.
En contraparte, cuando la TPM se redujo entre 2023 y 2024, la TBP se ajustó en 0,54 p. p., pero en las tasas activas solo hubo un cambio de 0,14 p. p. por cada 1 p. p. de reducción en la política monetaria.
En relación con la asimetría en los ajustes por actividades económicas, Vásquez comentó que hay diferencias en el giro de negocio de las actividades, como la calidad crediticia o la posibilidad de impago de los clientes, por lo que algunos se ven más afectados que otros en algunas coyunturas económicas. Esto incide en las tasas y su velocidad de ajuste.
Gaggion también comentó que se suelen observar diferentes tasas para cada actividad económica y segmento, porque esto depende de la dinámica propia de cada una de ellas y de su riesgo asociado.
Otro punto a resaltar es que la TPM no ha tenido un efecto en los créditos de consumo. El segmento representa alrededor de un 25% del total de la cartera bancaria y 33% de todo el sistema financiero.
En ese sentido, Madrigal aseguró que esto se debe a las características del mercado de consumo, donde hay poca competencia. Consideró que en segmentos donde hay mayor competencia, la transmisión sí sucede.
Para 2025, las entidades bancarias esperan una relativa estabilidad en las tasas de interés en colones, aunque no descartan la posibilidad de leves ajustes a la baja ante eventuales nuevos cambios en la TPM.
