
La cantidad de bancos que operan en Costa Rica se redujo a la mitad en 25 años, en un periodo marcado por la consolidación del sistema financiero a través de fusiones, salidas voluntarias y quiebras.
Según los datos suministrados a La Nación por la Superintendencia General de Entidades (Sugef), el mercado bancario costarricense pasó de tener 26 participantes en el 2000 a 14 a inicios de 2025.
Sin embargo, la cifra bajaría hasta 12 entidades al concretarse la fusión de Scotiabank con Davivienda y la salida voluntaria de Prival. A pesar de la reducción, a hoy, la banca administra una cifra mayor de activos que en años previos.
Durante este siglo, el sistema bancario ha experimentado principalmente fusiones entre entidades privadas, pero también quiebras y escenarios complejos como el de la debacle de Bancrédito.
Especialistas en temas bancarios consultados por La Nación reconocen como normal que el sistema se ajuste a las necesidades del mercado y que, como todo negocio, es habitual que entren y salgan participantes.
Factores como los altos costos, dificultades para obtener buenos resultados financieros y los cambios en estrategias o giros de negocio explican esta reducción. También ha habido casos de malas gestiones.
Hazel Valverde, jerarca de Sugef, manifestó que con el tiempo ha habido una tendencia a nivel global de consolidación de los sistemas financieros, así como menor participación de entidades financieras internacionales en mercados pequeños.
“A través del tiempo los sistemas financieros han atendido más bien a consolidarse. Está claro que el costo de operar entidades financieras es alto. Eso de alguna manera empuja un poco a que sean menos las entidades que están participando en los sistemas”, afirmó Valverde.
Valverde considera que esta consolidación es un proceso natural, pues al ser un negocio es habitual que los bancos estén en mutación constante en busca de lograr sus objetivos en materia de rentabilidad.
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Robert Williams, vicepresidente senior de Scotiabank en Centroamérica y director ejecutivo del banco en Costa Rica, coincidió en que es “absolutamente natural” la salida y entrada de operadores, no solamente en el ámbito financiero, sino también en otras industrias.
“Hay jugadores que entran y jugadores que salen. Típicamente estas cosas, de alguna manera u otra, ocurren cuando hay cambios importantes. Por ejemplo, un cambio regulatorio, tanto en el país donde operan como en la casa matriz, que toma las decisiones de quedarse o no en ciertos mercados”, expresó Williams.
Luis Liberman, exbanquero, explicó que con los ajustes el sistema financiero del país se dirige a un proceso de consolidación que, según él, tomó más de lo previsto. Recalcó que seguirán existiendo entidades pequeñas, siempre que estén especializadas en una o dos actividades financieras.
A pesar de que hubo una reducción en la cantidad de entidades bancarias, los activos que administran han ido en crecimiento. Esto es una clara señal de que, en vez de reducirse, el mercado más bien se ha consolidado.
Para diciembre del año pasado, los bancos del país tenían activos totales por ¢33,81 billones, es decir, ¢11,76 billones más que los ¢22,05 billones que administraban diez años atrás, en 2015.
Evolución del sistema
Durante este periodo ocurrieron diversas transacciones que representaron la llegada de entidades que no tenían presencia en el país, como HSBC, que aterrizó en Costa Rica con la absorción de Banex. HSBC luego cambió de nombre a Davivienda.
Previamente, Banex se fusionó con el Banco del Istmo y el Banco Metropolitano, según la información suministrada por Sugef. Otro caso fue la absorción de Interfin por parte de Scotiabank, que ahora integrará sus operaciones con Davivienda.
Arturo Giacomin, presidente ejecutivo de Banco Davivienda en Costa Rica, afirmó que era “lógico” que se diera una reducción de participantes en el sistema bancario, ya que antes había muchos bancos con poco capital, lo que limitaba su desarrollo.
“El tener poco capital limita hasta dónde se puede crecer. El sistema y los bancos han ido creciendo y colocándose en nichos diferentes, lo que les permite ser exitosos en lo que cada uno quiere hacer. Veinte bancos eran demasiados para el país”, manifestó Giacomin.
Williams señaló que la consolidación de los diferentes jugadores en las industrias, incluida la bancaria, es muy natural. “En mercados como este, donde el costo de operar es alto al ser una industria regulada, si no se genera una escala, resulta bien difícil el poder sacar rentabilidades adecuadas”, aseveró.
Por su parte, el presidente ejecutivo de Davivienda en el país dijo que se han consolidado propuestas de bancos latinos y costarricenses, al tiempo que han salido del mercado las entidades globales, principalmente porque los primeros saben moverse en las volatilidades de los mercados de la región.
Al observar una línea de tiempo, la época más intensa de cambios en el sistema bancario ocurrió en la primera década del siglo (2000-2010), a la cual le siguió un periodo de relativa estabilidad.
Esa calma fue interrumpida por la debacle de Bancrédito, absorbido por el Banco de Costa Rica (BCR) para evitar tener que ejecutar el respaldo estatal y salvar a la entidad de la iliquidez en un momento de crisis fiscal.
Posteriormente, el sistema volvió a agitarse en 2025. En este caso, por el anuncio de la integración de las operaciones de Davivienda y Scotiabank en Costa Rica, así como por el anuncio de la salida voluntaria de Prival de la intermediación bancaria.
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¿Y la competencia?
Una de las principales interrogantes sobre la reducción del sistema bancario es si podría afectar la competencia y dificultar el acceso de los usuarios a los servicios que brindan estas entidades.
Para la jerarca de la Sugef, Hazel Valverde, mientras exista una cantidad de entidades con capacidades equivalentes que puedan satisfacer las necesidades de los consumidores financieros, la competencia no debería ser un elemento de preocupación.
“Lo más importante es que las entidades que permanezcan tengan capacidad de competir entre ellas. El problema lo tendríamos si tenemos entidades que son muy desiguales, que no tienen capacidad de generar competencia”, manifestó la jerarca.
Bernardo Alfaro, exgerente del Banco Nacional y exjerarca de Sugef, coincidió en que esta concentración en el sistema es lógica y natural, debido a que antes había muchos bancos que tenían dificultades para posicionarse por su tamaño. Añadió que aunque son menos entidades, la eficiencia y competencia del sistema ha ido en aumento.
Sin embargo, Carlos Fernández, exgerente del BCR, considera que esta dinámica produce un panorama más complicado para el usuario de servicios bancarios, ya que genera mayor dificultad para acceder a servicios financieros a precios competitivos, sobre todo para el sector corporativo y de personas.
Para el exgerente es poco probable que se creen nuevos bancos, pero si ve posible que se den nuevas fusiones o adquisiciones de entidades financieras locales pequeñas por parte de instituciones multilatinas, sobre todo.