Comprar un carro eléctrico se convirtió en toda una travesía para Sergio Barahona, ingeniero electromecánico que trabaja en el sector público. La aventura comenzó con mensajes nocturnos a desconocidos en la plataforma de comercio electrónico Alibaba. Luego vinieron las negociaciones, apoyadas por traductores, y pagos internacionales que fueron, poco menos, un salto de fe. ¿El objetivo? Importar a Costa Rica un Kia EV5 Land desde China y ahorrarse algunos miles de dólares.
El ahorro, cercano a $23.000 respecto al precio de lista, no fue gratis. Desde lidiar con exigencias inesperadas de los distribuidores chinos hasta enfrentarse a trámites de nacionalización en Costa Rica, el camino estuvo lleno de complicaciones, retrasos y anécdotas inesperadas. Pero para Sergio, el deseo de tener un carro eléctrico pudo más. En total, desde que pagó el automóvil, el 27 de mayo, hasta que obtuvo las placas, el 4 de diciembre, transcurrieron 191 días.
Él es uno de los costarricenses que han encontraron la oportunidad de traer vehículos eléctricos Desde china por medio de la aplicación Alibaba. Reconoce que transitar el camino para obtener el vehículo fue posible porque tenía el dinero disponible con el cual pagar todos los costos inmediatamente, pero también fue necesario un cúmulo de paciencia.
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Barahona, vecino de Liberia, inició su búsqueda en enero de 2024 por medio de Alibaba. Contactó a unos 20 vendedores que le escribían de vuelta, lidiando con la diferencia horaria y comunicándose mediante traductores en inglés y español. Finalmente, optó por una vendedora llamada Elena, recomendada en un grupo de Facebook. “Ella tenía experiencia enviando al puerto de Caldera y se comunicó muy bien conmigo, aunque fuera a punta de traductor”, comentó. Aunque el contacto inicial se hizo por Alibaba, la negociación y el intercambio de fotos y videos se concretó en WhatsApp.
El 27 de mayo, tras semanas de ajustes en los detalles del vehículo como el color y el equipamiento, Sergio hizo una transferencia internacional por el costo total del carro: $26.930. Decidió pagar el 100% del valor para evitar una segunda comisión bancaria de $93. Aunque el pago fue efectuado sin contratiempos, hubo un retraso porque la fábrica exigía a los distribuidores comprar 10 unidades. Finalmente, el 1.º de agosto, se coordinó el envío del carro en un contenedor compartido con otros dos vehículos.
“Ya cuando tenía el color que yo quería y me dio un monto le dije que estaba de acuerdo y ella me hizo la orden por Alibaba. Ellos trabajan 30% y 70%, pero hice el 100% del pago para ahorrarme una comisión de transferencia. Esos vendedores son bien jugados, uno no sabe si lo que dicen es cierto. Pero cuando pagué, como ellos son distribuidores (dealers) y no son de una empresa, dijo que la fábrica les estaba obligando a comprar 10 carros. No sé si ellos se ganan alguna comisión o qué es lo que hacen para buscar eso, y eso atrasó el tiempo de envío”, manifestó.
El barco con el contenedor zarpó hacia Puerto Caldera el 11 de agosto. Sergio contrató a “don Róger”, un agente aduanal recomendado por otras personas que también importaron un carro eléctrico chino en la misma modalidad. Esta persona se encargó del proceso de importación, incluyendo la exoneración fiscal para vehículos eléctricos. Mientras tanto, una empresa logística cobró $758 por el transporte y otros servicios. Sergio también tuvo que recibir documentos como la factura y el conocimiento de embarque enviados por la vendedora, que se enviaron de forma separada al vehículo.
El 7 de octubre, 57 días después, el vehículo llegó al puerto, pero no fue descargado hasta el 17 de octubre. Sergio pagó ¢68.930 por conceptos de bodegaje y manejo en la Central de Contenedores. Sin embargo, la alegría de tener el carro cerca de sus manos fue efímera, ya que el proceso para poder conducir su vehículo legalmente aún no terminaba.
Edier Álvarez es otro usuario que ha traído vehículos desde China. Actualmente, Álvarez se encuentra en el proceso de importar un Kia EV5, similar al de Barahona, pero anteriormente importó un BYD S1 Pro. Álvarez tiene más experiencia trayendo vehículos de China y anteriormente de Corea, a diferencia de Barahona que nunca había importado este tipo de mercancías.
Ambos señalaron que, en el caso de los vehículos chinos, es necesario tener en cuenta que por el bajo precio, el usuario corre el riesgo de que el carro se pueda golpear en el camino y no se le puede reclamar al vendedor, cuya responsabilidad llegaba hasta el momento en el que el vehículo salía de China.
Adicionalmente, ambos confirmaron que las agencias que dan mantenimiento a estas marcas en Costa Rica no dan servicio de software a estos vehículos por ser para otros mercados. Sin embargo, señalaron que esto no es necesario, pues existen otros talleres especializados que pueden brindar el servicio. Sobre los repuestos, dijeron que justo como importaron el carro, para ellos es una opción importar los posibles repuestos por Alibaba u otra tienda, en caso de ser necesario.
Proceso de nacionalización no acaba en Caldera
Barahona tuvo que llevarse el vehículo desde Caldera hasta Liberia, y recuerda que tuvo que ver videos para saber cómo funcionaba uno y para poder encenderlo, porque inicialmente venía en chino.
“Como yo nunca había tenido un carro eléctrico, tuve que ver videos de cómo se encendía y cómo se manejaba. Es como un carro chocón, tiene hacia adelante y hacia atrás. El día anterior me puse a buscar videos de cómo movilizarlo. Y así fue, era un vacilón porque el carro venía en chino. Así me lo traje a Liberia”, explicó. En su casa de habitación, el vehículo se quedó guardado por algunos meses más.
Con ayuda del agente aduanero, Barahona inscribió el vehículo en la plataforma TDCar para registrar los datos del carro y posteriormente llevarlo a inspección técnica en Dekra, el 22 de octubre. Esa inspección técnica no se cobra pues el pago se hace en la plataforma TDCar. Luego, tramitó la exoneración del impuesto a la propiedad vehicular en el Ministerio de Hacienda antes de pagar el marchamo, en las oficinas centrales del INS.
“Tuve dos mentores de un chat de Facebook, que íbamos en el proceso muy parecido. Con Dekra e INS ya se puede inscribir el carro. Pero como no soy de San José pregunté a un abogado de aquí de Liberia y me cobraba 400.000. ¡Casi se me para el pelo! Eso sí, yo no hacía nada y él hacía todo el proceso. Pero estas personas me recomendaron el abogado de ellos, que cobraba 65.000, pero yo tenía que hacer todo: ir a Registro Nacional de la Propiedad, pagar los timbres, etc.“, relató Barahona.
El 28 de octubre, este ingeniero tuvo que pagar algunos timbres que aunque se puede hacer en línea, decidió hacerlo de forma presencial. En la sucursal del banco me decían que eso tenía que ser el abogado, y yo no sabía nada y me decía ‘¿ahora qué hago?”, recuerda. Finalmente, logró resolver con ayuda de un ejecutivo. Entonces, solo estaba pendiente ir a Registro para solicitar la inscripción del vehículo, para lo que ocupaba la Declaración Única Aduanera (DUA), la inscripción de Dekra, el pago del marchamo y los timbres en físico.
Un percance adicional surgió cuando el abogado enfermó y retrasó la entrega de los papeles al Registro. Sin embargo, solicitó el trámite y finalmente, el 4 de diciembre de 2024, Sergio recibió las placas en Liberia. “Yo ya estaba desesperado. Perdón, pero es que ya era demasiado, yo con el carro ahí parado, queriéndolo usar”, relató. Aunque fue un proceso largo y complicado, Sergio logró cumplir su deseo de tener un vehículo eléctrico.
Proceso de inscripción generó gastos adicionales
Aunque el precio inicial que Sergio le pagó a Elena por el carro fue de $26.930, el liberiano tuvo que desembolsar aproximadamente unos $2.590 más para los gastos de nacionalización, pago de encomiendas, procesos aduaneros así como los servicios profesionales del agente aduanero y del abogado. A esto se le añade el pago del 2% de IVA que canceló el vehículo en aquel 2024 (la tasa subió a 3% actualmente), marchamo, y otros conceptos.
En total, Barahona pagó $29.520 por el Kia EV5 Land. La versión Land incluye algunas extras que no incluye la versión básica de este vehículo, cuyo precio en Costa Rica puede rondar los $52.900 según precios de la Expomóvil 2024. Estos valores son solo una referencia, pues no son del todo comparables al ser vehículos similares, pero con extras diferentes, y considerando que la agencia tiene sus respectivos márgenes de ganancia porque corre con los costos, el tiempo y los riesgos como parte de su negocio.
Cuando en diciembre del 2022, el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), comenzó a publicar estudios de márgenes de comercialización de vehículos eléctricos, se explicó que el precio de internamiento que pagan las agencias incluye el costo de los vehículos, del seguro internacional, del flete internacional hasta el puerto de destino y los impuestos correspondientes.
La diferencia entre todos los gastos anteriores y el precio ofrecido en el mercado interno al consumidor final da como resultado el margen bruto de comercialización. De ese margen los empresarios pagan cargos como almacenaje, transporte, alquiler de los locales comerciales, salarios de los empleados y otros gastos, así como su utilidad sobre la cual deben declarar el impuesto sobre la renta.
El vehículo que adquirió Barahona no incluía llanta de repuesto, ni tampoco cargador por lo que deben ser pagados por aparte. Sobre el cargador, Barahona adquirió uno también por Alibaba, con las especificaciones técnicas necesarias para Costa Rica pues el voltaje y la frecuencia que usa el dispositivo puede ser distinta en cada país.
Aspectos como la configuración del software, la garantía y los repuestos deben ser resueltos por la persona que importa el vehículo, así como daños sufridos por la unidad durante el flete.