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Es cierto que perder al ser amado no debe impedir que se pueda mirar al futuro para rehacer la vida; y también es verdad que no hay una fórmula que determine el tiempo exacto que se debe guardar el luto. Pero escoger a la hermana de su prometida —quien falleció tan solo unas horas atrás de la boda— roza, por lo menos, en lo macabro.
Todavía más escalofriante es saber que esto no se trata de una leyenda, no nació de la inventiva de un autor de ficción, ni es una tragedia ocurrida hace muchos siglos. Es un caso real y reciente, que sucedió en un pueblo de la India, y del que han hecho eco distintos medios del país asiático.
Mangesh Kumar estaba por unirse en matrimonio con Surbhi, en una ceremonia tradicional hindú. Como parte de estos eventos se realizan varios rituales previos y en uno de estos ocurrió la tragedia. Frente a familiares, la pareja se encontraba realizando un rito en el que se hacen siete promesas mientras giran alrededor de fuego.
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En ese momento, la novia se desmayó y fue trasladada rápidamente a un centro médico, pero al llegar ya había muerto de un infarto.
Todo indica que dentro de las promesas que el novio hizo en el ritual ígneo, no estaba la de serle fiel por siempre a su prometida, pues tan solo unas horas después solicitó a los padres de la mujer fallecida casarse con la hermana menor de esta. Aunque suene increíble, la familia aceptó.
“No sabíamos qué hacer en esa situación”, contó el hermano de la mujer, Saurabh, a los medios locales. “Ambas familias se sentaron juntas y alguien sugirió que mi hermana menor Nisha debería casarse con el novio. Las familias discutieron el asunto y estuvieron de acuerdo”, agregó.
El matrimonio siguió su curso y Mangesh Kumar unió su vida a Nisha, la hermana menor de Surabhi, cuyo cuerpo reposaba en otra habitación de la casa.
“Fue una situación extraña, ya que la boda de mi hermana menor estaba siendo realizada mientras el cuerpo de mi hermana mayor yacía en otra habitación”, dijo el hermano de las mujeres.
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El hombre agregó que esta fue una muy difícil decisión para la familia, pues algunos consideran incorrecta la celebración del evento.
“Una hija yacía muerta en un cuarto y la boda de otra hija estaba siendo solemnizada en otra habitación. Nunca habíamos sentido emociones tan dispares. El dolor por su muerte y la felicidad por la boda aún no han sido asimilados del todo”, dijeron los familiares.
