Cuando un extranjero llega a Costa Rica, lo más probable es que explore alguno de los múltiples destinos naturales que distinguen al país. Este no fue el caso de Mischa van der Kolk, un neerlandés que, desde su arribo, se ha enfocado en integrarse a la cultura costarricense más allá de las típicas actividades turísticas.
A sus 22 años, este joven originario de Vlaardingen, Países Bajos, llegó a residir temporalmente en Costa Rica. Durante su estadía, ha relatado su experiencia al familiarizarse con expresiones propias de los costarricenses, la dinámica de los mercados e incluso el sistema de transporte público a través de sus redes sociales.
En una entrevista con La Nación, el creador de contenido explicó que su objetivo es resaltar las particularidades de Costa Rica que, aunque comunes para los ticos, resultan sorprendentes para él. “Me acuerdo que estaba caminando por San José y había un árbol con plátanos. Supongo que es normal que aquí crezcan en la calle, pero para mí no”, comentó.
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Antes de mudarse al país tropical, Mischa ya había residido en varias ocasiones en España, donde comenzó a aprender español en 2020. De hecho, fue mientras vivía en Madrid que contempló por primera vez la posibilidad de viajar a Costa Rica.
En enero de 2024, cuando vivía en la capital española, conoció a Aarón Rodríguez, un costarricense que más tarde se convertiría en su pareja. Meses después, mientras ambos buscaban empleo, Rodríguez propuso regresar a su país natal. Ante la oportunidad, Mischa planteó la idea de acompañarlo.
En tan solo tres semanas, la pareja organizó todo lo necesario y aterrizó en suelo costarricense el 12 de noviembre de 2024. Desde entonces, viven en Ciudad Colón, San José, y no han parado de compartir su experiencia en suelo tico.
Contar en redes sociales las diferencias entre Países Bajos, España y Costa Rica
Mischa van der Kolk comenzó a publicar videos en redes sociales cuando aún vivía en los Países Bajos, pero lo hacía únicamente por diversión. Sin embargo, esta actividad adquirió mayor relevancia cuando comenzó a compartir, desde una perspectiva genuina, cómo un neerlandés que habla castellano con acento de España se adapta a la cotidianidad costarricense.
El resultado ha sido notable: en solo dos meses ha reunido más de 12.000 seguidores entre sus cuentas de Instagram y TikTok, con videos que superan las 200.000 visitas. Este nivel de reconocimiento trasciende los comentarios positivos en sus videos; en las calles, los propios ticos lo saludan, le piden fotografías y le expresan su entusiasmo por su contenido.
“Al principio me daba un poco de vergüenza, porque tampoco me siento como una persona famosa”, confesó el neerlándes, entre risas. “Yo quería, más que nada, transmitir el día a día. Ya hay vídeos hechos por extranjeros yendo a La Fortuna o a Manuel Antonio... Sí, también está chiva, pero yo quería enseñar el mercado de Santa Ana un domingo, por ejemplo”, añadió.
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Durante sus dos meses en San José, lo que más ha disfrutado es la calidez de sus habitantes. Al mudarse a la capital con su pareja, destacó que logró integrarse a su familia costarricense, que le resulta muy diferente al modelo familiar europeo.
“Lo que más me ha gustado es que aquí la gente es muy cercana, muy familiar. En cuanto a España no tanto, pero en Países Bajos la gente es más distante. Obviamente nos queremos y tenemos corazón, pero aquí la gente es súper cercana y me dan la bienvenida con mucho amor”, expresó.
Al hablar sobre sus aspectos favoritos del país, tampoco deja de lado la gastronomía. Ahora, es habitual que desayune todos los días gallo pinto y sus apreciados “discos de plátano”, o mejor dicho, patacones.
Por otro lado, su llegada a Costa Rica también le dejó algunos choques culturales, como la marcada orientación al trabajo de los costarricenses.
“No lo estoy diciendo en mal rollo”, aclaró al abordar esta percepción. Según su experiencia, los ticos están muy enfocados en trabajar arduamente. De hecho, con frecuencia le preguntan sobre su empleo o cuáles son sus planes laborales para cuando regrese a Europa.
Además, considera que en el Viejo Continente se valora más el tiempo libre de las personas. Como ejemplo, menciona que en España se toma una pausa de tres horas durante la jornada laboral para almorzar e incluso descansar. Caso contrario ocurre en Costa Rica.
Aunque su estancia en Costa Rica está próxima a terminar, ya que planea regresar a Madrid en las próximas semanas, tiene claro que desea volver a visitar el país. A lo mejor, según dijo, podría hacerlo cada Navidad o incluso en otras épocas del año, y con ello seguir documentando su paso por redes sociales.
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