Ruth Navarro Richmond, una de las cuatro víctimas del accidente mortal en Circunvalación este viernes por la noche, había estrenado su carro hacía menos de un mes. Era un vehículo pequeño, KIA Morning del 2013, que compró con mucho esfuerzo y en el que perdieron la vida ella, su hija Génesis Monge, de 12 años, y su sobrina María Fernanda Navarro, de 30.
Según Moisés Vargas Navarro, sobrino de la víctima, Ruth había ahorrado durante mucho tiempo para comprar su vehículo, un anhelo largamente esperado. “Ella estaba tan emocionada cuando le trajeron el carro con un lazo. Fue una gran meta para ella, pero lamentablemente casi no pudo disfrutarlo porque tardaron en darle las placas”, relató con dolor.
La tragedia ocurrió cuando una joven conductora de apellido Núñez, de 24 años, golpeó a un motociclista mientras circulaba en sentido Zapote-La Y Griega. Al perder el control, su vehículo cruzó el área verde que divide ambos sentidos de la vía e impactó de frente contra el Kia Morning de Ruth. Además de las tres familiares, en el carro viajaba otra niña de 12 años, hija de Fernanda, que sobrevivió al impacto y se recupera en el Hospital de Niños.
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Ruth era una mujer dedicada a su hogar y a sus tres hijos, Josué, Génesis y Valentina y fue clave en la recuperación de su esposo, quien superó problemas de alcoholismo gracias a su apoyo incondicional. “Ella fue su pilar y lograron salir adelante juntos”, destacó Moisés.
El muchacho, de 28 años, era el único que este domingo permanecía en el barrio donde vive la familia, en Calle Mesén de La Unión, en Cartago, pues el resto de los allegados estaba realizando trámites en la Morgue Judicial y coordinando el sepelio de las tres mujeres.
Según relató, ni la mamá de Ruth, doña Ana Cristina; ni el esposo de la fallecida, Ronny Monge, están en condiciones de atender a nadie. Sin embargo, sí agradecieron a los funcionarios de la Morgue Judicial, quienes agilizaron la entrega de los cuerpos a pesar de las limitaciones actuales por la falta de médicos especialistas que atiendan en turno extraordinario.
Estaba previsto que los cuerpos fueron entregados cerca de las 4 p. m. del domingo, y este lunes se llevará a cabo el funeral en el cementerio de Tres Ríos, tras una misa en la capilla de la iglesia católica de San Diego, en horas se la tarde.
El enorme vacío de tres pérdidas
De pie, en la acera de su casa, Moisés todavía no termina de procesar que su tía Ruth, su prima Génesis y su hermana María Fernanda ya no están. A la más pequeña la sigue rememorando como una apasionada del fútbol, estudiosa y que añoraba entrar al cole. “Hace apenas cinco días jugamos una mejenguita en familia. Ella siempre fue muy disciplinada y jugaba con todo su corazón”, relató conmovido. Fue una tarde de diversión, la última que la familia disfrutó de su compañía en la cancha.
En cuanto a su hermana, relata que Fernanda vivía en San Sebastián, pero se había casado apenas hace 22 días con William Guerrero y entre los planes estaba que la pareja se mudara a Calle Mesén, cerca del resto de la familia. De esa casa, al sur de San José, habían salido las mujeres poco antes del fatídico accidente.
“Era un sueño hecho realidad, se había casado con amor e ilusión. Nos propusimos metas juntos como familia, y ahora me queda el recuerdo de haber compartido con ella en las buenas y las malas, porque siempre estuvimos ahí el uno para el otro. Ella era mi segunda mamá”, expresó.
Además de las tres familiares, en el grave accidente murió la conductora del otro vehículo, de apellido Núñez. La Policía de Transito estima que el exceso de velocidad pudo influir en la tragedia; sin embargo, le corresponde al Organismo de Investigación Judicial recopilar testimonios, videos y otras evidencias que permitan esclarecer lo sucedido.