
Viajaron a Colombia y se graduaron como pilotos policiales con la esperanza de ejercer cuando llegaran a Costa Rica, pero en la actualidad, el Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) tiene a 14 funcionarios trabajando solamente como policías, a pesar de su experticia con las aeronaves.
Solo tres de los graduados en Colombia ejercen como pilotos, según confirmó el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) a La Nación, mientras que el resto ocupan la plaza de agentes de seguridad aeroportuaria, ganando ¢349.850 menos de lo que ganarían como aviadores, cuyo salario base es de ¢724.700.
La mayoría de estos funcionarios están asignados al programa de aviación que desarrolla la Embajada de los Estados Unidos en conjunto con el SVA, y otros colaboran en el Departamento de Operaciones Aeronáuticas.
La institución detalló que no existen plazas vacantes de piloto aviador, y solo una estaba en proceso de modificación. Para no desaprovechar el curso que llevaron con la Fuerza Aérea Colombiana y con la Policía Nacional de ese país, en ocasiones el MSP les asigna algún vuelo, pero al no tener plaza de piloto, no reciben el plus salarial de ¢466.180 por el riesgo de volar.
En ausencia de una plaza de pilotos, estos profesionales, graduados en el 2021 y el 2022, son reasignados a otras tareas, entre ellas el control de los arcos de seguridad en los aeropuertos Juan Santamaría, en Alajuela, y Daniel Oduber, en Liberia.
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Además, se requieren 500 horas de vuelo para ocupar el cargo de piloto aviador, lo que a la mayoría les tomaría muchos años de alcanzar, pues según datos divulgados en agosto del año anterior, los 32 policías graduados como pilotos acumulaban en promedio 29,5 horas de vuelo en los últimos seis meses, un promedio individual de 4,9 horas al mes.
Al respecto, el MSP aseguró que “si bien es cierto algunos cuentan con una cantidad de horas de vuelo menor, se debe considerar que se trata de un proceso que se ejecuta paulatinamente y que no solo depende de que vuelen o no, existen requerimientos establecidos que se van desarrollando y que conlleva una serie de aspectos a considerar, como por ejemplo, cantidad de aeronaves, preparación que recibió el piloto en el curso, tipo de aeronave, entre otros”.
En ese momento, el SVA solo cuenta con dos aviones activos: un Cessna Caravan para 12 pasajeros, usado principalmente para traslados de los altos mandos del gobierno, y otro de la familia King Air, producido por el fabricante estadounidense Beechcraft.
En agosto pasado, el MSP indicó a La Nación que el SVA contaba con seis aviones y tres helicópteros, de los cuales ocho estaban en proceso de mantenimiento preventivo establecido por el fabricante. Para entonces, la entidad aseguró que cuatro de las aeronaves estarían funcionales en los próximos dos meses; sin embargo, hasta este mes, solo dos naves operan.
Según los propios reportes del Ministerio de Seguridad Pública en sus redes sociales, en el 2017 registró 280 vuelos ambulancia, 183 en el 2019 y apenas 14 en el 2024.
Una fuente cercana a la situación ratificó que dos de los tres helicópteros, dos modelos MD-600N y un MD-500, no vuelan desde el 2022, aproximadamente, tienen partes que ya no son fabricadas por la casa matriz y, según la misma fuente, los modelos MD-600N fueron de los aparatos en el mundo que acumularon más horas de vuelo.
La carencia de aeronaves y por lo tanto el desaprovechamiento de los pilotos graduados ha generado preocupación en grupos sindicales del MSP.
En un oficio del 13 de junio, enviado al ministro Mario Zamora, el representante de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), Jonathan Flores, había manifestado: “Los recursos aeronáuticos son tan escasos que incluso existe una importante cantidad de pilotos que no cumplen funciones de vuelo”.
A este hecho se le suma el poco personal que tiene el SVA, el cual, según el documento, es asignado a funciones que no concuerdan con su especialidad, como trabajos en muelles.