
Este miércoles se cumplen tres años del homicidio de Ariel Mauricio Arauz Alvarado, joven de 24 años que recibió un disparo durante una quema de Judas, al parecer, por parte de un oficial de Fuerza Pública.
El hecho ocurrió la noche del sábado 16 de abril del 2022, en La Terraza de San Rafael, en Heredia, y aunque ya hay un policía acusado por presunto homicidio simple, el expediente penal sigue trabado en el Juzgado Penal.
Aquella vez, el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) reportó que el hecho ocurrió cerca de la medianoche, cuando unas 70 personas estaban en la vía pública.
El entonces subdirector general de la Fuerza Pública, Enrique Arguedas Elizondo, aseguró que los oficiales fueron atacados con piedras, y que luego comenzaron las detonaciones, sin especificar quién las habría iniciado.
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“Se desconoce si el arma pertenece al personal policial o si, por el contrario, es producto de un accionamiento desde otro sitio, el OIJ se encarga en este momento de la investigación relacionada con el hecho y pues serían ellos quienes pueden en los próximos días revelar el móvil del deceso y si el arma de fuego pertenece al Ministerio de Seguridad Pública”, declaró Arguedas en aquel momento.
Sin embargo, en la acusación el Ministerio Público señaló una negligencia contra el oficial investigado, de apellido Rivera, por presuntamente activar el arma a pesar de que ninguna de las personas civiles estaba armada. Sobre Rivera no pesa ninguna medida cautelar.
La acusación había sido enviada al Juzgado Penal de Heredia a finales de setiembre pasado, no obstante, una omisión atrasó aún más el proceso penal, explicó a La Nación la abogada de la familia de Ariel, Karen Carvajal, pues no notificaron la causa a la Procuraduría General de la República (PGR), entidad abogada del Estado que debe intervenir cuando el acusado es un funcionario público.
Esto provocó que el expediente fuera devuelto a la Fiscalía para que efectuara la notificación correspondiente. Carvajal detalló que el expediente fue enviado de nuevo al Juzgado este año, y siguen a la espera de que se dé trámite a la acusación y posteriormente, si así lo estima el juez, se señale fecha de juicio.
Este medio consultó al Poder Judicial sobre el estado actual del proceso, pero al cierre de edición no hubo respuesta.
Dolor que persiste
En medio de esta maraña legal, el desconsuelo consume a Marilyn Alvarado, la madre de Ariel.
“Yo con este proceso tuve una depresión muy grande, porque yo me siento mal como mamá, de que esto no avanza y yo a veces quiero hacer un poco más y no se puede. Todavía estoy con ansiedad, con ataques de pánico, con esa angustia”, contó Marilyn.
Agregó que aunque mucha gente cree que tres años es suficiente tiempo para superar la pérdida, para ella la herida sigue abierta.
“Más bien cada día es peor porque esto es una espera sin fin, es muy desgastante. Mi hijo (hermano de Ariel) estuvo allá en Canadá haciendo su vida nueva, ganó un título allá y todo, y al venir aquí a un evento de Ariel se tuvo que quedar conmigo porque yo estaba muy mal”, relató.
Uno de sus soportes ha sido un grupo de apoyo en Heredia llamado Ángeles y Angelitos, donde se reúnen madres que perdieron a sus hijos. El grupo fue creado hace 20 años por una madre a quien le asesinaron el hijo, y desde entonces le ha brindado un rato de calma y comprensión a mujeres como Marilyn y sus familias.
Sin embargo, mientras el proceso penal continúe abierto, ella seguirá recordando que el capítulo de la muerte de su hijo se mantiene sin cerrarse.
“Yo le decía a mi hija, ahora que fuimos al cementerio, que yo a veces siento como que le fallo a mi hijo, porque ya ha pasado tanto tiempo, pero yo creo que he tocado muchas puertas y he hecho lo que está a mi alcance”, manifestó.