
El peñón de Guacalillo, convertido recientemente en un punto turístico en Garabito de Puntarenas, contará con baranda, rótulos de advertencia, cámaras de seguridad, parqueo y aceras, anunció el alcalde del cantón, Francisco González, luego de que este sábado la caída de un vehículo al precipicio dejara a un hombre y una mujer fallecidos.
González afirmó a La Nación que las medidas de seguridad se hubieran tomado incluso sin el accidente, pues era parte de las mejoras planificadas después de que el jueves la Municipalidad recuperara el sitio tomado años atrás ilegalmente por personas que cobraban entrada, a pesar de que se trata de una Zona Marítimo Terrestre y es propiedad del Estado.
“Desde este jueves 10 de abril toda la población puede disfrutar de esta maravilla de la naturaleza de forma gratuita”, anunció el municipio en sus redes sociales, donde compartieron unos videos en que se observa el proceso de demolición de algunas estructuras.
La expectativa del gobierno local es que todo esté listo alrededor de noviembre próximo, aseguró González.
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“Ahí han sucedido eventos de congregación múltiple como mountain bike, eventos de 4x4, entonces, no es extraño que en el peñón haya 300 vehículos y más de 1.000 personas, a como estaba el sábado de los hechos. No vemos la razón por la cual haya que, por ese hecho, tener que tomar las medidas”, indicó.

“El accidente que sucedió pues fue una excepción, por una situación de que la gente comete errores que los perjudican, pero no solo por esa razón es que vamos a instalar la seguridad. Nunca había pasado esto en 50 años, a veces la gente se excede de confianza, a veces incluso los he visto sentados en el puro borde sin pensar que la piedra natural con el peso de ellos puede quebrarse”, agregó el alcalde.
Detalló que la acera será construida para facilitar el acceso para personas con discapacidad, y el parqueo pretende evitar que los carros se mezclen con las personas a pie.
El accidente
González relató que el día del accidente, oficiales de la Fuerza Pública llegaron al peñón cerca de las 5:30 p. m. luego de que les alertaron que había una persona en un vehículo tipo pick-up realizando maniobras peligrosas. Entre los policías y otros visitantes, intentaron tranquilizar al hombre e incluso le desconectaron la batería del vehículo.
Al hombre lo calmaron por unos momentos, pero minutos después las maniobras continuaron y, a pesar de las advertencias, cerca de las 8 p. m. el automotor cayó al precipicio con él y una mujer a bordo.
La oficina de prensa de la Cruz Roja comunicó esa noche que el vehículo se encontraba a 15 metros de profundidad. Se movilizaron seis vehículos de emergencia, entre ellos dos camiones de rescate, y a las 9:30 p. m. se confirmó que ambos estaban muertos.
Por su parte, el Cuerpo de Bomberos informó en su página de Facebook que trabajaron en el rescate de las dos personas que fallecieron. Ellos fueron identificados como Wálter Montero, de 40 años y vecino de San Sebastián de San José, y Paola Chaves, madre de tres hijos, de 41 años y vecina de San Antonio de Desamparados, donde era dueña de un aserradero.